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El Rey del Acordeón, Ramón Ayala, era un viejo conocido en las filas del cártel de los hermanos Beltrán Leyva y amenizaba los festejos de la organización criminal, incluso recibió regalos como un rolex con diamantes y hasta un caballo pura sangre. Por lo menos eso es lo que declaró el testigo protegido Jennifer a fiscales de la Procuraduría General de la República (PGR).
El cantante y su grupo Los Bravos del Norte era uno de los artistas invitado para amenizar las fiestas de esa organización criminal. El testigo colaborador de la PGR aseguró: “A Arturo Beltrán Leyva, El Barbas, y a Édgar Valdez Villarreal, La Barbie, les gusta mucho hacer fiestas con grupos norteños, entre ellos el de Ramón Ayala, quien es uno de los preferidos”.
La Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), de la PGR, tiene actualmente bajo arraigo a los integrantes del grupo de Ramón Ayala e integrantes de Bravos del Norte.
Salvo el cantante del grupo, quien fue dejado en libertad bajo las reservas de ley por enfermedad, el resto de la banda musical está bajo esa medida cautelar desde el 17 de diciembre de 2009, tras ser detenidos por integrantes marinos en la narcoposada organizada por la organización en Cuernavaca, Morelos.
El cantante en “narcofiestas”
En una declaración que hizo el 15 de diciembre pasado, Jennifer dijo que a Ramón Ayala lo vio muchas veces en las fiestas del extinto Arturo Beltrán Leyva. “La primera ve que supe quien era fue en la Navidad de 2006 en un rancho de La Barbie, el cual está ubicado en Cuernavaca, Morelos, hacia Tepexingo, donde él acudió con su grupo”.
También estuvo presente, agregó, en la navidad de 2007 e igual el año nuevo tocando para Valdez Villarreal en el rancho antes citado y que ya fue cateado por fuerzas federales. Incluso, el testigo colaborador de la PGR entregó a las autoridades una fotografía en donde aparecen José Carlos Salinas, del Grupo Torrente Musical, cantando con Ramón Ayala en la navidad de 2007. La foto, según el Jennifer, fue tomada dentro del rancho de Édgar Valdez, La Barbie.
Por cada presentación que hizo Ramón Ayala y Los Bravos del Norte cobró 40 mil dólares, aseguró el citado testigo protegido. Añadió: “Ahí estuvo el 24 y 25 de diciembre, así como el 31 de diciembre de 2007, y en esa Navidad Ramón Ayala recibió un caballo de 500 mil dólares de los llamados pura sangre, así como relojes con piedras preciosas, como diamantes, por parte de Arturo Beltrán Leyva”.
Luego de que le fue obsequiado el caballo pura sangre, Ramón Ayala dijo que al otro día, el 25 de diciembre de 2007, llevaría un vehículo para transportar al animal. Así lo hizo y al día siguiente de su primera presentación, acudió al rancho de Édgar Valdez Villarreal una camioneta con un remolque para caballos para transportar al equino hacia Monterrey, Nuevo León.
Uno de sus empleados, según la versión del colaborador de la Procuraduría General de la República, se llevó en ese vehículo al caballo, mientras Ramón Ayala y su grupo se quedaron para volver a tocar y convivir con La Barbie y el fallecido Arturo Beltrán Leyva, quien se quedó en esa ocasión muy poco tiempo, pues él tenía otra fiesta en su rancho, pero autorizó que el artista e se quedara a tocarle y cantarle corridos a Valdez Villarreal.
Veladas a la Virgen María
En otras ocasiones, el mismo cantante Ramón Ayala acudió a otras casas de seguridad de los jefes de ese cártel de las drogas para hacer la velada a la Virgen de Guadalupe. A uno de esos festejos acudió, dijo, el propio testigo protegido con La Barbie, el cual duró casi tres horas “y en el que me pude percatar que estaba Ramón Ayala tocando, así como los Cadetes de Linares, cuyo solista al igual que Ramón eran amigos de Arturo Beltrán Leyva, pues en innumerables veces convivieron ambos con él”.
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