“Las tribus son un lastre para transformar al PRD”.

Noticia:


Alfonso Sánchez Anaya, coordinador de la Comisión de Reforma para la Refundación del PRD, advierte que las bases del partido han identificado a sus “corrientes” como uno de los principales lastres que han mermado la consolidación de este organismo político como opción de poder.

Dice que los perredistas quieren límites para las tribus, pues éstas —agrega— han colocado a sus cuadros, mediante cuotas, en puestos de toma de decisión política y económica y que esos militantes obedecen a las “corrientes” y no al programa, proyecto político, a la institucionalidad y a órganos de control del PRD.

Sobre el Congreso Nacional que comenzó ayer, alerta:

“Este evento será definitorio para 2010, 2011 y 2012, porque si finalmente se da un ejercicio de simulación o no se cumple lo que se discutió, analizó y se plasma en los documentos, vamos a pasar a ser un partido marginal, no de 12 puntos sino de siete puntos”.

¿Cuál fue el proceso de la consulta nacional rumbo al Congreso?

Hubo 31 foros en los estados, menos en Tabasco, porque no había condiciones, además tres nacionales y uno internacional, con invitados de Uruguay, Brasil, Puerto Rico y Cuba. Participaron 4 mil personas y hay registradas 460 ponencias de donde derivaron 670 propuestas para las mesas del Congreso: línea política, declaración de principios, programa de trabajo y estatutos. Eso es lo importante, que se consultó a la gente.

Surgió un diagnóstico.

Hubo señalamientos coincidentes. Las bases piden terminar con que los acuerdos de las dirigencias estén por encima de las decisiones de la militancia, además dicen que el partido ha invertido mucho tiempo en luchas internas olvidándose de la gente, de los movimientos sociales.

Coinciden en que hay una burocracia partidista y que las corrientes persiguen (sólo) ubicar a su gente en los puestos de dirección partidista o en las plurinominales y eso no es lo más conveniente porque no están los mejores perfiles y una buena selección sino la presión de las corrientes.

¿Hay confianza en los cambios?

Hay escepticismo de que realmente suceda una transformación profunda del PRD, que de aprobarse los documentos no se limite a un Congreso, sino que sea un proceso de cambio y no porque termine el 6 de diciembre al día siguiente cambie el partido, habrán muchas cosas por transcurrir.

¿Cómo garantizar que se concrete el cambio del PRD?

En lo personal, mediante una comisión de transición, que tenga vigencia durante la elaboración del nuevo padrón y que se encargue de supervisar que todo lo que se haya acordado en el Congreso Nacional se lleve a la práctica y no quede como análisis… que tenga cuatro áreas: afiliación, garantías y vigilancia —para que lo que se dirima no sea producto de la fuerza o presión de las corrientes—, vigilancia de los recursos y una para los procesos electorales.

¿Al construir este diagnóstico que era lo que más pesaba en las bases?

Están totalmente en contra de que sigan predominando las corrientes. El pulso es que este ha sido parte los problemas que tenemos, no dicen que desaparezcan, pero que estén muy claro sus límites y su participación y no sean las que predominen.

Porque por eso no puede el partido tener un manejo orgánico, porque se integra por cuotas el Comité Ejecutivo Nacional, estatales y municipales y entonces se obedece a la corriente y no a lo que debe de ser: al proyecto, a la institucionalidad.

Para la construcción de una izquierda más solida, ¿es necesaria una figura como en 1988 o en 2006?

Los liderazgos son importantes; en 1988, el de Cuauhtémoc Cárdenas y en 2006, el de Andrés Manuel López Obrador. Pero señalan (en la consulta) que finalmente es más importante el partido que los personajes. No se puede seguir construyendo al PRD y a las izquierdas en función de un personaje.

¿El gran paso del PRD es ir de una esquema de confrontación entre tribus a una vida institucional?

Así es, con proyecto y pluralidad. Si en el Congreso los dirigentes no escucharon el planteamiento de toda esta consulta nacional por lo pronto no tendríamos un buen destino.