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miércoles, 4 de febrero de 2009

Acepta Obama: "metí la pata" con Daschle.

Noticia:


En medio de una precipitada cadena de renuncias, el presidente Barack Obama reconoció públicamente haber “metido la pata” en el manejo del escándalo que desembocó ayer con la sorpresiva renuncia de Tom Daschle a su designación como secretario de Salud.

“Metí la pata, cometí un error y seguramente no será el último que cometeré durante mi mandato”, dijo Obama en un insólito arranque de sinceridad nada habitual en un presidente que, además, dejó en evidencia su decisión no sólo de no escurrir el bulto, sino de dejar constancia del grado de dificultad que implica el tratar de cambiar los vicios y costumbres que han regido la vida política en Washington durante las últimas décadas.

“Me siento frustrado conmigo mismo y con mi equipo”, reconoció Obama con el gesto adusto durante una ronda de entrevistas concedidas a distintas cadenas de televisión en las que decidió responder públicamente a la primera crisis desatada en la conformación de su gabinete.

“Es importante dejar claro el mensaje de que no hay dos tipos de reglas, uno para la gente corriente y otro para las personalidades”, agregó.

“Lo importante es volver a poner esto en marcha”, dijo Obama al reconocer que Dasch- le cometió un error “sin intención, pero importante” que habría colocado a su gobierno frente a un pelotón de críticos que le habrían recordado sus promesas de cambio y regeneración en el gobierno.

“El presidente sabía que cambiar las prácticas que han pervivido durante décadas en Washington no iba a ser cosa fácil y sobre todo que no lo íbamos a conseguir en las primeras dos semanas”, reconoció el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, en un explícito reconocimiento de las fallas que han salido a relucir en el proceso de selección de unos candidatos que al final se han estrellado con los elevados estándares de ética que ha impuesto el mandatario Obama.

La sorpresiva salida de Daschle, que se veía obligado a dimitir por un escándalo de evasión fiscal y por sus gestiones oficiosas en favor de las poderosas corporaciones farmacéuticas, se produjo el mismo día en que la candidata a supervisar el gasto y el presupuesto, Nancy Killefer, se veía también obligada a retirar su candidatura por problemas con el fisco.

Con estas ya son tres las bajas que la administración Obama ha tenido que aceptar desde que el gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, renunció a su investidura como secretario de Comercio en medio de una investigación judicial por un presunto tráfico de influencias.

La polvareda que ha dejado tras de sí la voluntaria retirada de Daschle ha dejado en evidencia la difícil determinación de Obama de romper con los hábitos y las prácticas que han creado una enmarañada red de intereses creados donde la frontera entre lo público y lo privado se había convertido en una delgada línea divisoria pero que, en el inicio de la nueva administración Obama, se ha transformado en un muro infranqueable.

Nada más al confirmarse la renuncia de Tom Daschle a la Secretaría de Salud, algunos miembros del Partido Republicano consideraban que su salida es lo mejor que le ha pasado al presidente Obama:

“Lo cierto es que Tom Daschle habría tenido muchas dificultades a la hora de explicar no sólo sus problemas con el fisco, sino sus relaciones con algunas firmas de cabilderos que le llegaron a pagar hasta 2 millones de dólares”, consideró el senador republicano por Nevada, John Ensign.

Judd Gregg, a Comercio

Las renuncias tanto de Daschle como de Killefer, ambos candidatos a ocupar posiciones clave en el gabinete Obama, coincidían ayer con la designación del senador republicano, Judd Gregg, como futuro secretario de Comercio.

La elección de Gregg a ocupar el puesto que había dejado vacante Bill Richardson, convertirá a este senador por New Hampshire en el tercer republicano en el gabinete Obama y en un poderoso aliado para apuntalar en el Congreso los apoyos necesarios para sacar adelante su plan de estímulo económico.


Comentario:

Asegurar que no volverá a cometer un error es muy aventurado. Los políticos también son seres humanos y todos cometemos errores. ¿Será que no se dan cuenta de que son seres humanos? ¿creeran que no cometen errores?

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