UNAM pide tomar medidas ante deterioro de zonas arqueológicas.

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Un grupo de científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) demandó a las autoridades la adopción de medidas para frenar el deterioro que sufren las zonas arqueológicas del país como consecuencia de la lluvia ácida.

La UNAM, la mayor de titularidad pública en América Latina, informó en un comunicado de que cada año las construcciones hechas con roca caliza pierden 1.05 miligramos de carbonato de calcio por centímetro cuadrado, lo que equivale a 4.15 micrometros de superficie anualmente.

“Si no se toman las medidas adecuadas (…) se seguirán incrementando los efectos de la acidez pluvial por el mayor consumo de combustibles fósiles y el aumento de vehículos en circulación y fuentes fijas, que usan carburantes ricos en azufre”, indicó Humberto Bravo, del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM.

Según la universidad, hasta el momento el deterioro de monumentos hechos con roca caliza es notorio en zonas arqueológicas como El Tajín y el fuerte de San Juan de Ulúa en Veracruz, en el este del país, y en las ruinas mayas de Tulum y Calakmul, en los estados de Quintana Roo y Campeche.

Los investigadores advierten de que la formación de la lluvia ácida “no es inmediata” sino que requiere de “cierto tiempo de mezclado y transformación” que puede ir de horas a días, por lo que las áreas afectadas por este fenómeno “pueden estar a cientos de kilómetros de la zona donde las nubes en formación incorporan los precursores”.

El equipo científico mexicano ha estado trabajando desde los años ochenta en proyectos sobre lluvia ácida, pero hasta el momento no ha logrado dar con un recubrimiento protector que “minimice o evite el daño” causado por este tipo de fenómeno ambiental.

Comentario:

Otra advertencia a las autoridades. ¿Reaccionarán a tiempo?