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Dos vehículos cargados de explosivos estallaron ayer en medio de peregrinos chiítas que se dirigían a una ceremonia religiosa en Kerbala y dejaron por lo menos 40 muertos y 154 heridos. En Karachi, Paquistán, dos atentados mataron a 22 personas y causaron más de 50 heridos.
El primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki, atribuyó los ataques a elementos leales a Al-Qaeda y Saddam Hussein, señalando en un comunicado que los ataques a los peregrinos no han logrado provocar luchas religiosas ni desestabilizar la seguridad. Ningún sector se ha hecho formalmente responsable de los ataques.
Fue el tercer ataque mortífero esta semana contra peregrinos que convergen en la ciudad de Kerbala. El ataque del viernes ocurrió durante la culminación del peregrinaje.
La violencia de esta semana se produce en momentos en que políticos discuten la posibilidad de impedir la participación de cientos de candidatos para las elecciones parlamentarias del 7 de marzo debido a presuntos vínculos con el régimen de Hussein.
Al-Maliki dijo el jueves que no permitiría que el embajador de Estados Unidos se inmiscuyera en esta disputa, que Washington teme pueda frustrar la reconciliación entre sunitas y chiítas.
El ataque tuvo lugar en la culminación de la peregrinación cuando los caminos en torno de Kerbala, a 80 kilómetros al sur de Bagdad, estaban atestados de peregrinos que trataban de llegar a la ciudad. La multitud dificultó la llegada de las ambulancias, señaló un policía.
El festival de Arbaeen, precedido por cinco días de marchas a Kerbala, marca el fin de 40 días de duelo tras el aniversario de la muerte del imán Hussein, una figura chiíta venerada.
La policía paquistaní pide calma
En Karachi, la ciudad más grande de Paquistán, las autoridades locales informaron de dos ataques; el primero estuvo dirigido contra creyentes musulmanes chiítas y el segundo, perpetrado unas dos horas después, se registró afuera del hospital a donde fueron llevados los heridos del primer atentado.
La policía exhortó a la población a mantener la calma.
A finales de diciembre, 44 chiítas perecieron a causa del estallido de una bomba durante una procesión en un atentado que suscitó disturbios en Karachi.
El primer atentado explosivo estuvo dirigido contra un autobús que transportaba creyentes, la mayoría de ellos mujeres y niños. En el estallido perecieron 12 personas y 49 quedaron heridas, dijeron las autoridades. La bomba fue colocada en una motocicleta y detonada cuando el autobús se dirigía hacia una procesión.
La segunda bomba estalló afuera de la entrada que conduce al pabellón de emergencia en el hospital Jinnah, que estaba lleno de víctimas y parientes de los fallecidos y heridos del primer ataque, según detallaron las autoridades
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