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A la publicación (que finalmente se retiró) le extirparon los órganos sexuales masculino y femenino, no los identificarían en imágenes ni en conceptos. Lo que sí aprenderían los niños es una aseveración: “La masturbación se limita a la procuración del placer individual: un goce egoísta que prescinde de la otra persona”.
¿Por qué modificaron los libros de texto de primer año de secundaria de Biología editados por la SEP? “Por razones de tipo didáctico, pedagógico y para fortalecer un enfoque más humanista”, contestó sin titubeos el secretario de Educación de Guanajuato, Alberto Diosdado, en septiembre de 2009.
Las autoridades dicen haber actuado en beneficio y por necesidades de la sociedad, pero lo que realmente hicieron, a decir de los sexólogos, es transmitir un conocimiento sesgado y obviar y socavar la existencia del derecho al placer que cada individuo puede ejercer a través de un conocimiento propio.
“El derecho al placer erótico existe y su acceso y ejercicio responsable es una fuente de bienestar emocional, sociocultural y orgánico, pues se vincula con la vivencia plena del deseo, la excitación y el orgasmo. Este derecho forma parte de la salud sexual y no sólo de aquella que se define por la ausencia de síntomas, males o disfunción”, dice David Barrios, director de Caleidoscopía, asociación de especialistas en sexualidad.
Pero, ¿cómo demandarlo? Antes de exigirlo, es fundamental tomar conciencia de su existencia y su importancia.
“Para ello se requiere, además de información y reflexión, de una educación sexual integral con planes y programas de estudio. Cuando el individuo trabaja con sus ideas, sensaciones corporales y sentimientos, está en condiciones óptimas para trabajar en su propia persona en aras de conquistar el derecho al placer sexual. Lo que sigue es demandarlo como parte de la salud general de la población”, dice David Barrios.
La Organización Panamericana de la Salud y Asociación Mundial para la Salud Sexual, recomendaron en una conferencia en 2000 en Guatemala, que los países del continente incorporaran el concepto de derecho al placer a sus legislaciones. Ningún avance ha habido, por el contrario, se radicalizan posturas.
El punto de vista jurídico
“El derecho al placer no existe desde el punto de vista jurídico. Porque el Derecho es una sistematización de conductas externas. El Derecho no regula conductas o apetitos internos”, dice el portal católico Church Forum y agrega:
“Si existiera el derecho al placer, se haría imposible de aplicar; habría una enorme inseguridad jurídica porque sería muy difícil darle gusto a todos y cada uno. Además, el placer tiene límites y no se puede medir. El placer sexual es bello y completamente aceptable dentro del matrimonio, pero ni aún allí se puede exigir ni se puede demandar al cónyuge que no lo da: no procede legalmente”.
Conocerse
Pero más allá del reconocimiento internacional o jurídico, lo cierto es que en México el placer no es celebrado y mucho menos aceptado en público.
“Ante el placer se reacciona con conflicto porque se hace una imbricación de que hay un costo de la transgresión y pecado, así, la gente no descubre de forma eficiente sus capacidades placenteras. Por eso, a veces es tan sorpresivo el descubrimiento de las experiencias, en vez de que se integren gradualmente como una parte más de la vida”, comenta Eusebio Rubio Aurioles, presidente de la Asociación Mexicana de Salud Sexual.
“Nadie te felicita por haberte masturbado o por llegar plenamente al orgasmo. La masturbación es buena, se conoce el cuerpo, se sabe cómo se reacciona ante estímulos físicos y mentales que tienen que ver con el desarrollo sexual. La experiencia facilita la capacidad de integrarse con otra persona”, asegura Rubio.
Para el antropólogo Xavier Lizárraga, los maestros deberían de transmitir a los jóvenes con toda naturalidad el conocimiento de la autoerotización.
“Los niños deben saber lo que les gusta que les acaricien y como les gusta más. Debieran conocer su cuerpo desnudo, así como saber acariciarse y masturbarse desde cabeza a los pies, e irlos preparando para en dado caso llegar al orgasmo y alcanzar el multiorgasmo”.
Autoerotización
Fuera de las aulas, se gestan esfuerzos porque este derecho al placer se consolide a través de planteamientos de un modelo de iniciación erótico.
Patricia Angélica Becerra, presidenta del Colegio Mexicano de Sexología, ha desarrollado un esquema en este sentido. Opina que antes de proponer clases de erotización, se debe educar a los adultos, pues hoy si los niños se tocan, los mayores se escandalizan.
“Tal vez debamos de soltar el concepto de la masturbación, -no porque sea malo, sino porque en nuestra sociedad no es bien recibido- y recuperar el término de autoerotización. Al mismo tiempo se debe preparar a los adultos para que entiendan por qué son necesarias otras pautas educativas de naturalidad al cuerpo, así como de la desatanización del placer y la sexualidad”.
Dentro de este trabajo, Becerra propone cambiar el término de “sexo seguro” por el de “erotismo seguro”, pues el primero hace una referencia a la existencia de coito, mientras que el segundo es una erotización global que no implica una actividad genital y en consecuencia no existe un intercambio de fluidos.
“Debemos desgenitalizar el erotismo, globalizar el placer a todo el cuerpo, sólo así se lograrán cambios de fondo que no lleven, especialmente a los chavos, a estar obsesionados con el coito”.
La especialista ha trabajado el tema desde la perspectiva femenina y ha propuesto la formación de una liga de mujeres en pro del orgasmo en su primera relación sexual para convertir esta primera experiencia en la mejor y no en un recuerdo de dolor, vergüenza y fracaso.
“La iniciación erótica no debe precipitar la penetración, es un juego de cachondeo. Hay que convertir al hombre en buen amante. Cuando se piense en buscar la penetración, debe haber sesiones previas de preparación”.
“Acariciar zona genital y llevar a la mujer hasta el orgasmo clitorideano y luego al vaginal, pero de manera que se distienda el himen sin expectativa de esa famosa ruptura. Así se puede garantizar la iniciación de penetración placentera”, dice.
Obligación del Estado
Pero este derecho, dice Barrios, debe ser reconocido a otro nivel.
“Es obligación del Estado mexicano promover la salud general y sexual; por ende, el derecho al placer erótico. Se requiere la instrumentación de un amplio programa en el sector educativo y de salud que abarque cada grado escolar y cada nivel de atención a la salud. Se requiere voluntad política que, por desgracia, ha brillado por su ausencia en los gobiernos federales de derecha”, dice.
Otras voces
Mientras, surgirán voces disidentes de inspiración judeo-cristiana: “Quieren meternos en la cabeza, con el coco wash, que el aborto es un derecho de la mujer y que los jóvenes tiene derecho al placer. El joven tiene derecho a la felicidad verdadera y estable, no al placer inmediato y fugaz que dan el sexo o las drogas”.
Y agregan: “Unos cuantos pretenden construir un “derecho” a la educación sexual, pero sus programas de educación sexual nadie los querría para sus hijos, ya que incluyen desnudarse, tocarse unos a otros y ejercicios prácticos. Desean que los niños aprendan a tener variedad de compañeros sexuales”.
A estas opiniones se agregan las voces de uniones de padres de familia de varios estados que reclaman su derecho a educar a sus hijos según sus creencias.
Paulina Millán, especialista del Instituto Mexicano de Sexología (Imesex), dice que cuando le piden en las escuelas para dar una plática acerca de sexualidad, las autoridades de la institución y los padres siempre le piden que enfoque su exposición en las consecuencias negativas de tener relaciones sexuales, “como para asustar a los estudiantes”.
“Hablo entonces de las infecciones de transmisión sexual, pero lo que los adultos deben tener claro es que la salud, donde se incluye el placer, es sexualmente transmisible”.
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) en su momento criticó de manera directa frases del libro de Ciencias 1 (García P. y Cota E., Ed. Trillas, pag. 205) al decir que existe una falta vinculación entre la información sexual con una educación integral en bien del ser humano individual y social.
Se lee en el texto: “Las experiencias sexuales pueden ser muy diversas como el autoerotismo a través de la masturbación y los contactos sexuales heterosexuales o con personas del mismo sexo. Los sexólogos, especialistas en el tema de la sexualidad, consideran sana cualquier práctica sexual que se realice con total consentimiento, no produzca daño y resulte agradable y placentera.
“Nnuestra sexualidad se puede ejercer sin que cause remordimientos ni sentimientos de culpa, siempre y cuando sea producto de una decisión consciente”.
Las opiniones de las jerarquías eclesiásticas son respetables, dice Barrios, pero “hay que tomar en cuenta que frecuentemente están tamizadas por dogmas, prejuicios e ignorancia.
“Asumir que quien atiende su derecho al placer ‘sólo hace eso’, es absurdo. Quien vive el placer se quiere a sí mismo. Es por lo general una persona responsable y pro-social y acepta que también los demás tienen derecho al bienestar. Eso sí: la culpa no le origina trastornos”, dice.
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