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El Gobierno de Asif Alí Zardari no parece dispuesto a otorgar más oportunidades a los talibanes que operan a sus anchas en el norte del país. Con las negociaciones de paz suspendidas después de la ofensiva del Ejército contra los radicales asentados en el distrito de Buner, a tan solo 100 kilómetros de Islamabad, Pakistán ha advertido a los integristas para abandonen por completo las localidades tomadas ante la falta de resistencia de la policía local.
"Les advierto de que tienen que evacuar la zona. No vamos a permitirles estar allí", ha asegurado el ministro de Interior paquistaní, Rehman Malik. "Actuaremos sobre cualquiera que intente bloquear nuestros esfuerzos de restablecer el gobierno en Buner y otras áreas", ha añadido.
El responsable de Interior lanza esta amenaza a los cerca de 450 talibanes que todavía permanecen en esta región de la Provincia de la Frontera Noroccidental. Muchos de ellos se siguen paseando por la zona. El Ejército paquistaní decidió romper la tregua entre los integristas y el Gobierno y mató a 45 talibanes en los dos últimos días, pero su ofensiva realmente no ha pasado del primer pueblo del distrito.
El pasado febrero el Ejecutivo paquistaní y los extremistas islámicos llegaron a un polémico acuerdo por el que los talibanes detenían sus ataques a cambio de instaurar su versión de la ley islámica (sharia) en el valle del Suat.
La violencia en el noroeste de Pakistán y el avance de la influencia talibán han aumentado la preocupación por la seguridad del país, el único de mayoría musulmán con arsenal nuclear. Mientras tanto, diversos organismos internacionales han cifrado en 300.000 las personas que han tenido que huir de sus casas por la violencia.
Comentario:
Parece que la guerrilla está a punto de perder.
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