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China, Filipinas y Nicaragua cerraron sus fronteras a la carne de cerdo mexicana, y Japón analiza esa pobilidad, pero de tomar esa determinación se dejarán de exportar 60 mil toneladas, lo que representa una pérdida de 200 millones de pesos.
Esto se suma a la caída de 80% de las ventas internas en la última semana; es decir, entre 20 y 25 mil toneladas se han dejado de comercializar y equivalen a 250 millones de pesos, informó Francisco Quintana Damián, director de vinculación de la Organización Nacional de Porcicultura y Porcicultores (Ornapor).
A tal grado se ha “satanizado” la carne de cerdo, resaltó en entrevista, que han sido agredidos por vecinos y trabajadores de dos granjas en el Distrito Federal, sobre lo cual ya realiza investigaciones la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF).
Ante esto, Quintana Damián y Gloria Carrillo Salinas, dirigente del Sindicato Único de Trabajadores de la Industria de la Carne, de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), coincidieron en que demandarán al gobierno federal que, en virtud de que no tiene ninguna relación, se le cambie de nombre a la fiebre porcina, tal como ya lo sugirió la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) a la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Francisco Quintana precisó que la producción nacional anual es de alrededor de un millón 200 mil toneladas de carne de cerdo, que salen de mil 186 granjas, de las que dependen 7 mil productores y de la que dependen directamente unas 30 mil personas, de ese sector que genera 150 mil empleos indirectos.
Información de la Secretaría de Agricultura señala que actualmente el consumo per cápita de carne de cerdo en México es de 12.9 kilogramos, con lo que ocupa el 17 lugar mundial.
Gloria Carrillo comentó que decenas de trabajadores sindicalizados de rastros no están laborando por descanso obligatorio y sin pago, pues no hay ventas por el temor de consumirla. Demandó a las autoridades federales intervenir, pues las granjas y corrales de los rastros están saturados con miles de cerdos vivos.
La Ornapor descartó que por el momento se dé el cierre de granjas ante la crisis que se vive y que los productores están en negociaciones con la Secretaría de Agricultura para que les dé apoyos para resistir esta situación derivada de mala información respecto a la fiebre porcina, sostiene.
Sobre el particular, la citada dependencia reitera que aunque las características del virus indican que tiene componentes genéticos de influenza humana y animal (presencia de genes de cerdos euroasiáticos), su transmisión se da de humano a humano y no tiene qué ver con la porcicultura nacional o de los socios comerciales de América del Norte.
Enrique Ávila Segura, presidente de la Confederación de Porcicultores Mexicanos, insistió en que la carne de cerdo mexicana TIF se encuentra avalada por sistemas de producción y procesamiento bajo los más estrictos estándares de calidad.
“TIF es el sello otorgado por la Secretaría de Agricultura a aquellos establecimientos que cumplen con las más estrictas normas de calidad equiparables a nivel mundial.
“Aunado a ello, a partir de 2008, México se liberó de la fiebre porcina clásica culminando con ello un trabajo iniciado desde hace más de 30 años por productores investigadores y autoridades, fortalecido por el sistema de certificación de la movilización que permite una rastreabilidad de los productos”. Por todo esto, sostuvo, el consumo de carne de cerdo mexicana no representa un riesgo para la salud ni un medio de contagio de la influenza.
Comentario:
¿Por qué toman estas medidas, a pesar de que la OMS está asegurando de que no tiene que ver el comer carne de puerco?
Coronavirus, la amenaza esta ahí afuera
Hace 4 años
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