Jerusalen tendrá alcalde laico.

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El aspirante laico Nir Barkat ha arrebatado a los ultraortodoxos judíos la alcaldía de Jerusalén después de un lustro de mandato y, a falta de conocerse los votos en tres colegios electorales de la capital -704 frente a los 707 totales-, se ha autoproclamado alcade de la ciudad santa, informa el diario Haaretz.

En unas elecciones municipales israelíes en las que el principal foco de atención se centraba en conocer si el futuro de esta simbólica ciudad sería de carácter religioso o no, Barkat, un hombre de negocios de 49 años que se postuló como candidato independiente, se ha proclamado alcalde con el 51% de los votos frente al 42% de los conseguidos por el ultraortodoxo judío Meir Porush, del partido Judaísmo Unido de la Torá.

En su discurso de la victoria, Barkat se ha declarado a sí mismo como "alcalde de todos los habitantes de Jerusalén" y ha prometido "trabajar tanto para aquellos que le han otorgado su confianza como para los que han votado a otros candidatos". "Me gustaría trabajar tanto como para los religiosos como para los seculares", añadió.

El tercer candidato en liza, el millonario ruso Arkadi Gaydamak, de la formación recién creada Partido de la Justicia Social, se situaría a una gran distancia, con el 3,5% de los votos, mientras que Dan Birón, representante del Partido de la Hoja Verde, sólo habría logrado el 1% de los votos, según los datos de los sondeos.

Los grandes partidos (Kadima, Likud y Laborista) dieron de antemano por perdida la batalla por la ciudad que consideran su capital eterna. Hace años que cerraron sus sedes y no han presentado candidatos en unas elecciones de trascendencia nimia para las negociaciones con los palestinos, informa Juan Miguel Muñoz.

Barkat afronta ahora un desafío descomunal: frenar la influencia en la ciudad santa de los ultraortodoxos, cuyo índice de natalidad propicia la expansión por barrios antes sólo laicos, y dar un revolcón de modernidad a una ciudad que se empobrece día a día.

Casi cinco millones de electores estaban convocados para elegir alcaldes en 159 pueblos y ciudades de Israel en unos comicios que carecen de especial relevancia política, porque los partidos con aspiraciones a ganar las generales del 10 de febrero desprecian las contiendas locales.

Los palestinos, ausentes

Los palestinos de Jerusalén este, por su parte, abrieron masivamente sus comercios pese al llamamiento a la huelga en protesta por las elecciones municipales que se celebran en la ciudad. Como de costumbre, los 250.000 palestinos de Jerusalén se han abstenido casi por completo de acudir a las urnas por considerar que el ejercicio de su derecho al voto supondría un reconocimiento implícito de la soberanía israelí sobre toda la ciudad.

Los palestinos suponen cerca de un 32% de los habitantes de Jerusalén y reclaman su parte oriental, ocupada por Israel desde la Guerra de los Seis Días de 1967, como capital de su futuro Estado.

Comentario:

¿Se entenderá el laicismo entre los fundamentalistas?