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Los especialistas en seguridad nacional, Javier Oliva y Ghaleb Krame, tomaron con reserva los cambios anunciados en el combate al narcotráfico y el crimen organizado en Chihuahua y especialmente en Ciudad Juárez, al considerar que se debe esperar un tiempo prudente para analizar los resultados de estas modificaciones, con el fin de poder determinar si se produce un cambio de fondo y se logra por fin la coordinación de fuerzas del orden de todos los niveles.
Javier Oliva afirma que todavía es muy temprano para hablar de un cambio en la estrategia del gobierno en el combate al narco y el crimen organizado. Por principio de cuentas, opinó, los cambios no son a nivel nacional, sino sólo en una zona geográfica, que es la más conflictiva.
El especialista en temas militares dijo que es erróneo hablar de un repliegue militar, pues a esa entidad arribaron otros mil 700 soldados más, además de los 2 mil elementos de la Policía Federal. La llegada de estos últimos “será positiva si se dedican a tareas de inteligencia, pero se deberá ver si no son parte de los militares que fueron reclutados anteriormente por la corporación y entonces sólo se trate de un cambio de uniforme”.
Advirtió sobre la necesidad de que todas las instituciones de seguridad hayan tomado en cuenta como una prioridad el hecho de que Ciudad Juárez es una frontera, variable que debe obligar a que el combate al crimen organizado en todas sus manifestaciones sea no sólo con la coordinación de las corporaciones de seguridad federales y de la entidad, sino también a nivel binacional.
Un problema de seguridad
Para Ghaleb Krame, el hecho de que la Policía Federal releve al Ejército en Ciudad Juárez no significa necesariamente un cambio de estrategia, sino de un reordenamiento táctico de las fuerzas federales.
Para que haya evidencia de un cambio verdadero de estrategia, agregó, se necesitaría que se replicara este relevo en los diferentes focos rojos de todo el país.
Si el Ejército mexicano empezara a ser sustituido gradualmente pero sostenida por cuerpos policiales en todo el territorio nacional, esto implicaría dos cosas: la primera, que el problema del narcotráfico sería visto como un problema de seguridad pública y no una amenaza a la seguridad nacional.
Mencionó que una segunda implicación de esta modificación sería el mensaje implícito del gobierno federal en esta decisión, en el sentido de que la delincuencia organizada en Ciudad Juárez ha sido lo suficientemente controlada para prestarse este reordenamiento táctico.
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