El PRD admite su peor crisis interna.

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El PRD aceptó que —al desplomarse 17 puntos porcentuales su votación nacional en menos de tres años— hoy vive su crisis interna más profunda desde su creación, que el modelo de partido que rige su convivencia entre tribus está agotado y que no se cumplen sus propias reglas internas.

El “documento base” de la Comisión de Reforma para la Refundación del PRD advierte que, además de que los perredistas detonaron espirales de “conflictos desgastantes”, el partido se alejó de la sociedad, y que “o se avanza hacia la refundación del partido, o la izquierda retrocederá a una condición de marginalidad y exclusión”.

Acepta que el PRD perdió capacidad tanto para atraer a los grupos que han respaldado su proyecto de nación, como para aglutinar a una coalición de sectores sociales progresistas que conformen una nueva mayoría.

Dice que la izquierda mexicana no ha planteado respuestas convincentes y puntuales a problemas complejos como la desigualdad, la injusticia, la inseguridad y la ingobernabilidad. “El PRD no ha logrado presentarse como una alternativa confiable y capaz de impulsar los cambios que el país necesita”.

Los grandes problemas nacionales no han sido enfrentados por el partido con la atención merecida, agrega, ya que “en vez de tener las miras puestas en alto, concentramos gran parte de la energía en el divisionismo y los conflictos internos”.

Esta dinámica al interior del PRD provocó que en las elecciones intermedias de 2009 los ciudadanos que los respaldaban “no hayan ratificado su confianza y vuelto a fincar sus expectativas en nuestro proyecto”.

La pérdida de terreno

En el “documento base” se dice que en algunas entidades el partido se fue al cuarto lugar (Coahuila, Guanajuato, Jalisco, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Tamaulipas y Yucatán), en siete se ubicó en la quinta posición (Aguascalientes, Baja California, Colima, Chihuahua, Durango, Nuevo León y Sonora) y en Campeche cayó al sexto lugar.

Considera que para reposicionar al partido, sus militantes deben hacer un riguroso ejercicio de introspección que parta del reconocimiento de sus debilidades y los errores que han cometido. El documento es punto de partida para el debate que desarrollará el PRD en su Congreso Nacional de diciembre.