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lunes, 26 de octubre de 2009

Relevo generacional en la familia Cheney.

Reportaje:

El País de España.


Para ser un país que reniega orgullosamente de los privilegios que conceden ciertos apellidos, las familias poderosas de Estados Unidos se suceden en el poder con asombrosa frecuencia. En el periodo entre 1989 y 2009, por ejemplo, sólo dos de ellas, los Bush y los Clinton, residieron en la Casa Blanca, y únicamente un fenómeno político llamado Barack Obama evitó que los últimos retornasen.

Otro clan, los Cheney, también empieza a echar raíces en Washington. A pesar de que el patriarca Dick dejo la vicepresidencia en enero, su hija Elizabeth, una abogada de 43 años, se ha convertido en una de las caras más frescas y visibles del sector republicano más conservador. En su paso por varias cadenas de televisión, entre ellas CNN y Fox News, la hija mayor del ex vicepresidente ha atacado con dureza la decisión del Gobierno de prescindir de las "técnicas agresivas de interrogatorio" y el escudo antimisiles de largo alcance en el este de Europa, argumentando que EE UU es hoy un país menos seguro que durante el mandato de Bush.

Junto al conocido neoconservador William Kristol, redactor jefe de la revista Weekly Standard y ex columnista del The New York Times, Elizabeth Liz Cheney inauguró la semana pasada Keep America Safe (Mantén a EE UU a salvo), un grupo de presión crítico con la política exterior de la Administración Obama. Se desconoce si Liz, que trabajó en el Departamento de Estado durante la presidencia de George W. Bush como secretaria adjunta para Oriente Próximo y el Norte de África, pretende volver a la política. Por ahora no se cierra puertas.

"Es algo que no descarto. En absoluto", aseguraba en un entrevista con el diario The Washington Times. Liz es un personaje popular y solicitado. Un miembro prominente del partido republicano, según recogía el The New York Times, la ha descrito como "una estrella de rock de los estados rojos", aquellos que votan sí o sí al partido conservador. Su sonrisa amable, mirada serena y voz suave contrastan con la imagen hostil de su padre, pero en el fondo, son como dos gotas de agua.

La seguridad, por encima de todo

Ambos comparten una pasión que roza la obsesión: la defensa de EE UU. Keep America Safe centra toda su atención en temas de seguridad nacional y se nutre principalmente del discurso neocon. Estados Unidos, argumentan, sigue en guerra y sus intereses se hallan bajo permanente amenaza. En la lista de enemigos aparecen China, Rusia, Corea del Norte, Irán y aquellos "dictadores" americanos que se asocian con ellos (léase Castro, Chávez y Morales).

"Creemos que EE UU sólo puede vencer a sus adversarios y defender sus posiciones siendo fuerte. El mundo es más seguro cuando poseemos la confianza de nuestros aliados y disfrutamos del respeto y miedo de nuestros rivales", aseguran los responsables del grupo en su carta de presentación, colgada en su página web. Una declaración de intenciones que discrepa con el mensaje de paz y dialogo del presidente Obama, al que Liz no dudó en pedir que no acudiera a la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz y enviase en su lugar a la madre de un soldado fallecido para mostrar la importancia de la paz.

Realmente, el relevo en la familia Cheney todavía no se ha consumado. A pesar de estar oficialmente retirado -en estos momentos prepara sus memorias , que saldrán a la venta el año que viene-, Dick sigue ejerciendo un papel importante en la oposición. El que fuera número dos de Bush ha defendido públicamente las prácticas que, en su opinión, han prevenido nuevos ataques en suelo norteamericano, como el waterboarding (ahogamiento simulado). La semana pasada aseguraba que Obama "tiene miedo a tomar una decisión sobre Afganistán" y que "en la guerra contra el terrorismo no hay punto medio; las decisiones a medias te dejan medio expuesto". Unas ideas que encuentran continuidad en su hija Liz.

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