Proponen bajar el tono a la nota roja.

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El periodismo policial y judicial debe ejercerse bajo referentes de respeto a los derechos ciudadanos, así como a la legalidad, ética profesional y responsabilidad social, coincidieron especialistas en la materia.

Al presentar el libro de los periodistas Marco Lara Klahr y Francesc Barata Nota (n) roja, la vibrante historia de un género y una nueva manera de informar, Ricardo Rocha y Ernesto López Portillo, director ejecutivo del Instituto para la Seguridad y la Democracia, insistieron en cuidar el enfoque y la forma en que se difunde la llamada nota roja, para, entre otras cosas, evitar caer en el “amarillismo”.

Durante el acto efectuado en la Casa del Risco, en San Ángel, los autores señalaron que en su obra, apoyada por la Fundación Friedrich Ebert, ofrecen anécdotas, la historia de reporteros, sonados casos policiacos y de justicia penal, además de un manual de periodismo organizado de la A a la Z.

En su intervención, el periodista Ricardo Rocha dijo estar de acuerdo con una autorregulación o reglamentación de medios, en los cual se debe tener mucho cuidado.

Sobre el libro, Ricardo Rocha comentó que tiene una aportación muy importante, en cuanto a que los periodistas deben hacer un acto de constricción no sólo en lo referente a la nota roja sino también en otros acontecimientos.

Ernesto López Portillo habló sobre la importancia de la ética profesional del periodista y subrayó que ante todo lo que haga debe siempre estar basado en la ley.

Marco Lara Khlar destacó que los periodistas siempre están en la disyuntiva del orden ético y moral. En tal sentido, mencionó que en el libro se plantea un conjunto de hechos que pueden quedar vulnerados por la nota roja, el primero, dijo, la propia imagen del presunto delincuente, el segundo el derecho a la vida privada; y el tercero el de la presunta inocencia, el cual es el más afectado.

Francesc Barata insistió en no caer en el amarillismo al querer hacer nota roja. Incluso fue más allá y consideró que debía reservarse el nombre de un inculpado en un acto delictivo. “Hay que cambiar y hacer una nota roja diferente”, dijo.

En el volumen se insiste en el respeto a los derechos ciudadanos, “pues la anacrónica nota roja vanaliza y descontextualiza los hechos, aparte de estigmatizar a ciudadanos e invisibilizar la ineficiencia y corrupción de las instituciones de la seguridad pública y la justicia penal”.