Aeropuerto, reprobado en seguridad.

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El Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) tiene un programa interno de protección civil, pero su contenido no está debidamente estructurado, ni existe coordinación entre los distintos cuerpos de seguridad, lo que imposibilita su adecuada respuesta ante una emergencia, de acuerdo con una auditoría del grupo privado Argos Consultores, realizada durante 2008.

El Diagnóstico ambiental del AICM detalla una serie de fallas o deficiencias que presenta la terminal aérea en su plan de protección civil, los tiempos de respuesta de los cuerpos de emergencia y la falta de coordinación entre distintas áreas.

“Las brigadas de emergencia no están bien definidas y carecen de equipo de seguridad. Los distintos cuerpos de seguridad no se encuentran coordinados, lo que imposibilita la correcta actuación ante una emergencia. No se informa a las autoridades sobre las actividades de riesgo.

“Tampoco se le informa a la autoridad competente sobre los programas de emergencia, dispositivos de seguridad y acciones que debe realizar la organización en caso de presentarse una contingencia dentro de sus instalaciones”, indica la auditoría.

El estudio, cuya elaboración contrata la administración del AICM cada año, señala que el aeropuerto “carece de la actualización de planos de ubicación de hidrantes, extintores, rutas de evacuación y puntos de reunión; no presenta equipo de seguridad y carece de un programa de capacitación actualizado”.

Destaca además que en el área de protección civil no existe coordinación con las áreas próximas como servicio médico, seguridad e higiene, seguridad y protección ambiental.

“El personal del Cuerpo de Rescate y Extinción de Incendios, de Servicios Médicos, de Seguridad, Operaciones y Dirección General de Aeronáutica Civil, no se encuentran coordinados para actuar frente a una emergencia”, dice el estudio.

Catálogo de deficiencias

Además, señala, el personal de las distintas áreas no se encuentra capacitado sobre el papel que pudiera jugar en una contingencia o riesgo, debido a que el AICM no ha dado indicaciones claras, ni capacitación continua.

Entre las fallas detectadas la auditoría también cita la falta de medidores totalizadores en algunos cárcamos de la organización auditada, y el inadecuado manejo de los residuos peligrosos.

“No se realiza un manejo integral de los residuos peligrosos generados ya que se encontraron residuos como aceite gastado, filtros de aceite, lámparas fluorescentes, trapos con aceite, acumuladores y balastras en diferentes áreas de operación”, indica.

Algunas de estas áreas son subestación eléctrica Koala, cárcamo no. 4 (Aguas Azules), cárcamo no. 5 (junto al área de sopladores), cárcamo no. 2 y a la salida del hangar No. 1. También se pudo observar que en los diversos contenedores con capacidad de almacenamiento de una tonelada, ubicados en las áreas de operación del aeropuerto, “se observa mezcla de residuos peligrosos con no peligrosos como lo son botes de pintura, cartón papel, estopas con aceite, etcétera”.

El documento destaca que si bien la organización auditada cuenta con un plan de manejo de residuos peligrosos, éste no se ha dado a conocer a la Semarnat y a todo el personal que integra el AICM por ser grandes generadores de residuos peligrosos.

Al realizar el diagnóstico ambiental, la empresa auditora detectó que el aeropuerto no contaba con el alta como empresa generadora de residuos peligrosos biológico-infecciosos, y al entrevistar al personal del servicio médico, se comprobó que no tenían conocimiento sobre el manejo y disposición final que debía hacerse de esos desechos.

A partir de la entrega de la auditoría, las autoridades del AICM realizaron reuniones para evaluar los tiempos de respuesta y la actuación de los cuerpos de emergencia, tras varios simulacros.

Personal de la Policía Federal adscrito al AICM confirmó que el objetivo fue corregir las deficiencias del plan de protección civil y mejorar la capacidad de respuesta de los cuerpos de emergencia ante una necesidad.