Cientos de miles de civiles huyen de los combates.

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A pesar de los esfuerzos del Gobierno paquistaní y de las organizaciones humanitarias, la masiva avalancha de desplazados por los combates entre el Ejército y los talibanes crece a un ritmo superior del que los servicios que les ofrecen. La incapacidad para atender a los afectados puede restar apoyo popular a la batalla contra los extremistas.

La agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) advierte que “un desplazamiento masivo” de personas está en marcha. Citando estimaciones del Gobierno provincial, la agencia asegura que 200.000 personas han dejado sus hogares en los últimos días y que otras 300.000 están en marcha o a punto de iniciarla. Este medio millón se suma a los 555.000 desplazados desde agosto en otras áreas del país.

Al término de una reunión del Gobierno, el primer ministro, Yousuf Raza Gilani, dijo que la operación militar contra la insurgencia talibán en el valle de Swat y los distritos vecinos “va a continuar hasta acabar con el terrorismo”. El Ejército, que utiliza helicópteros de combate y artillería, aseguró haber dado muerte ayer a 55 milicianos.

Gilani anunció también la asignación de 200 millones de rupias (unos dos millones de euros) para asistir a los desplazados. Esta cantidad, aclaró, es independiente de los 1.000 millones que prometió el jueves en su discurso a la nación. El ministro de Información de la Provincia de la Frontera Noroccidental (NWFP), Mian Iftikhar, calificó de insuficiente la ayuda.

El Gobierno ha hecho un llamamiento a la comunidad internacional para que le ayude a asistir a los cientos de miles de personas que han abandonado sus hogares a causa de los combates.

El responsable provincial de Asistencia de la NWFP, Jamil Amjad, precisó que 4.000 familias (unas 23.000 personas) se han registrado en los campamentos y 13.000 familias más (unas 86.000 personas) fuera de ellos. Según las organizaciones humanitarias, otros muchos se encuentran bloqueados por los combates.