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sábado, 21 de febrero de 2009

Netanyahu será otra vez premier.

Noticia:


Diez días después de las elecciones generales en Israel, el jefe del partido Likud, Benjamin Netanyahu, recibió ayer del presidente Shimon Peres el encargo de formar el nuevo gobierno en un plazo de seis semanas. Si lo logra —y parece improbable que no sea así—, se convertirá en el nuevo primer ministro de Israel.

Netanyahu está a favor de las negociaciones de paz con los palestinos, pero se opone a la creación de un Estado palestino independiente en este momento. Si bien en su primer periodo como premier, entre 1996 y 1999, entregó la mayor parte de Hebrón a los palestinos y firmó el acuerdo de Wye Plantation con la Autoridad Nacional Palestina (ANP), sostiene que en la situación actual, con Gaza bajo control de Hamas y con la experiencia de los ataques con misiles por parte del grupo islamista, Tel Aviv no puede arriesgarse a nuevos repliegues.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el secretario general de Al Fatah en Cisjordania, Hussein al-Sheikh, quien está además a cargo de la coordinación civil con Israel —que califica de “muy buena”— declaró que “no nos importa quién es el primer ministro en Israel, sino que respete los acuerdos pactados y comprenda que sólo la paz traerá seguridad en la zona”.

Hussein al–Sheikh no se mostró pesimista por el hecho de que Netanyahu vaya a ser el nuevo premier y recordó que en el pasado “ya firmó acuerdos con la ANP”. Al mismo tiempo, aclaró que “lo que queremos no es pan sino el fin de la ocupación, no regalos económicos sino libertad”, en referencia a los comentarios que Netanyahu ha hecho repetidamente sobre “paz económica” con los palestinos.

La ANP dijo que no trabajará con un gobierno que no esté comprometido con el proceso de paz, al tiempo que Hamas indicó que Israel ha elegido al político “más peligroso” para encabezar su gobierno.

El encargo oficial del presidente israelí a Netanyahu fue formulado pocas horas antes del inicio del shabat, el día de descanso religioso judío. Y resultaba inevitable recordar que la primera vez que el jefe del Likud asumió la jefatura de gobierno, en 1996, fue cuando derrotó a Peres, entonces candidato del laborismo a primer ministro, pocos meses después del asesinato de Yitzak Rabin.

En su corto discurso al aceptar el llamado de Peres, Netanyahu puso énfasis en la necesidad de unidad nacional. Aunque la jefa del partido Kadima, Tzipi Livni, ya se manifestó repetidamente en contra su incorporación a un gobierno encabezado por el Likud como agregado a los partidos religiosos ortodoxos y de derecha, Netanyahu la llamó públicamente a reconsiderar.

“Me dirijo a la jefa de Kadima, Tzipi Livni, y al jefe del Partido Laborista, Ehud Barak, y les digo: unámonos para garantizar el futuro del Estado de Israel”, dijo el jefe del Likud, al afirmar que un gobierno de unidad nacional sería “por el bien del pueblo y del Estado”.

Livni había dicho horas antes a Peres que no necesitaba ni una hora para estudiar el tema y que prefiere ir a la oposición. Pero aceptó finalmente el llamado de Netanyahu a reunirse con él, el domingo, aunque aclarándole de antemano que su posición es conocida.

Fuentes allegadas a Netanyahu revelaron que la intención del jefe del Likud es ser “sumamente generoso políticamente” con Kadima, ofreciendo a Livni ser viceprimera ministro y que el partido tenga dos de los ministerios centrales, como la Cancillería y Finanzas. Netanyahu sostiene que es imperioso tener un gobierno amplio para poder enfrentar exitosamente problemas como Irán, país al que calificó como “la mayor amenaza sobre Israel desde la guerra de independencia”.

Aunque Livni no ve con buenos ojos la posibilidad de trabajar con Netanyahu, especialmente al haber considerado que ella era la ganadora de las elecciones porque su partido Kadima fue el más votado (aunque en términos de bloques, la derecha lo fue mucho más), el problema central lo suponen los otros socios del Likud. A criterio de Livni, especialmente problemático será gobernar con partidos de la derecha nacionalista que bloquearán el avance hacia un acuerdo con los palestinos.

En opinión de la actual canciller, lo que desea Netanyahu al llamar a Kadima a sumarse al gobierno es estabilizar su coalición. “Pero él quiere que yo venga a una coalición que habrá formado primero con Shas, un partido que me exigió a mí dejar de negociar con los palestinos, y con otros partidos de derecha, mientras él mismo, Netanyahu, rehúsa hablar por ahora de la solución de dos Estados”.

En conversación con el periódico israelí Haaretz, Livni resumió: “Una coalición así dañará al país y no será estable, pero yo no estaré allí para salvar a ‘Bibi’ de sí mismo y sus socios”.


Comentario:

Esperemos que Tzipi Livni reconsidere su negativa a participar en el gobierno encabezado por Netanyahu. Es importante para dar una imagen de unidad. El siguiente problema sería firmar la paz y en esto incluir la decisión de darle independencia a los palestinos. Esto último es aún lo más difícil.

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