Prevén fuerte influencia de Rubin.

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En lo que muchos demócratas consideran testimonio del "poder estelar" del ex secretario del Tesoro, Robert E. Rubin, el presidente electo Barack Obama está creando una virtual constelación de ex colaboradores de Rubin al conformar su equipo económico.

Las personas seleccionadas por el presidente electo para convertirse en sus principales asesores económicos --Timothy F. Geithner como secretario del Tesoro, Lawrence H. Summers como asesor principal de la Casa Blanca en asuntos económicos y Peter R. Orszag como director de presupuesto-- son antiguas protegidas de Rubin, quien ocupó dos de esos cargos en la presidencia de Bill Clinton. Incluso los "headhunters" de Obama tienen vínculos con Rubin: Michael Froman, jefe de asesores de Rubin en el Tesoro y quien lo acompañó a Citigroup, y James P. Rubin, hijo de Robert Rubin.

Los tres colaboradores --a quien Obama designará oficialmente el lunes y martes-- han sido seguidores de la fórmula económica que llegó a conocerse como rubinomía: presupuestos balanceados, libre comercio y desregulación financiera, combinación a la que se acredita por impulsar la prosperidad de los años 90.

Pero los tiempos han cambiado desde entonces. En Wall Street, Rubin enfrenta cuestionamientos sobre su papel como director de Citigroup ante las actuales tribulaciones del banco. Y en Washington, él y sus acólitos están convocando a una nueva fórmula para atender la crisis económica global que herederá Obama, y rechazando o marginando, por ahora, algunas de sus viejas ortodoxias.

En lugar de desregulación, Obama ha prometido iniciar un periodo de "re-regulación" para evitar los riesgos que Citigroup y el resto de la industria financiera asumieron después de que Rubin, junto con Summers, ayudó a destrozar los muros regulatorios entre bancos, corredurías y compañías de seguros, dejándolos libres para hacer operaciones con los escasamente regulados y poco entendidos derivados por billones de dólares. Geithner pasó sus primeros años como presidente del Banco de la Reserva Federal de Nueva York buscando formas de al menos monitorear esos mercados de mejor forma.

En vez de balancear presupuestos, el equipo de Obama asumirá deudas más profundas durante al menos dos años, gastando cientos de miles de millones de dólares para estimular la economía, sin preocuparse por los déficits, a fin de ayudar a los desempleados y a las ciudades y estados en problemas; a recortar los impuestos a los trabajadores, y a generar empleos mediante la construcción de caminos, escuelas y otras obras públicas.

Summers, quien bien podría terminar siendo el asesor económico más cercano de Obama, ha sido especialmente abierto al demandar un gran paquete de estímulos.

Sin embargo, siguen existiendo rivales de Rubin, principalmente en el propio partido demócrata entre liberales y sindicalistas que favorecen un gasto interno incluso mayor y políticas comerciales más proteccionistas.

"Lo que me preocupa es que no haya ni una sola persona ajena al grupo de los principales colaboradores. Y eso es particularmente irónico considerando la inclinación de Obama a copiar el ‘equipo de rivales' de Lincoln", señaló Robert Kuttner, del Instituto de Política Económica, un organismo de investigaciones liberal. "¿Dónde está la diversidad de opinión en este equipo económico?", se preguntó.


Comentario:

Ese es el principal peligro de un gobierno que obtuvo del voto ciudadano una mayoría aplastante: la no diversidad. Y esto es aún más peligroso en materia económica. Otra arista será la política exterior. ¿Será el grupo en el poder también homogéneo?