“Quieren hacer a las víctimas victimarios”

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José Raúl González Lara, presunto hijo de Marcial Maciel, aceptó haber pedido a los Legionarios de Cristo 26 millones de dólares para callar la verdad por los abusos se-xuales cometidos en su contra por el fundador de la congregación, aunque criticó que esa organización religiosa quiere hacer victimarios a las víctimas a través de mentiras, por lo que los retó a someterse a un polígrafo.

González Lara reconoció que con la creación de un fideicomiso que les ofreció su padre, estarían aceptando que el sacerdote compraba su silencio. “Estudiando bien la situación, armando el rompecabezas, compró nuestro silencio para que nunca lo denunciáramos”, dijo durante una entrevista ofrecida en un programa de radio.

El pasado miércoles, Blanca Estela Lara Gutiérrez, quien dijo haber sido compañera de Maciel durante 30 años, denunció públicamente que éste ultrajó por años a sus hijos José Raúl y Omar, este último adoptado por el religioso. Explicó que con el fallecido sacerdote católico procreó dos hijos, José Raúl y Cristian. Omar, fue producto de una relación anterior de ella.

José Raúl y Omar narraron con detalle los ultrajes a los que fueron sometidos por su padre y las medidas que éste tomó por años para tratar de borrar las evidencias de los abusos sexuales.

Ayer José Raúl respondió a las cartas que dieron a conocer los Legionarios de Cristo el jueves pasado donde sostienen que el presunto hijo de Maciel les pidió 26 millones de dólares.

En lo dicho ayer, González Lara aceptó que pidió a la orden le entregaran seis millones de dólares que su padre les habría prometido en caso de morir, además de 10 millones de dólares más por el abuso sexual cometido contra él y una cantidad similar por las vejaciones de que también fue víctima su hermano.

Dijo que Maciel les habló varias veces de un fideicomiso por 6 millones de dólares para Raúl y su familia. Dijo que fue el religioso Jaime Durán quien lo llevó a un banco en Paseo de la Reforma en la Ciudad de México para gestionarlo.

Agregó que el fideicomiso otorgaba 500 mil dólares para Norma Rivas y su madre, del mismo nombre, con quien Maciel también tuvo una relación; además una cantidad similar para Raúl.

El joven retó a los miembros de la congregación de los Legionarios a someterse a una prueba de polígrafo para determinar quién miente sobre los abusos sexuales, “y el que esté mintiendo que se vaya a la cárcel”.

“Lamentamos mucho ese tipo de respuesta por parte de los Legionarios de Cristo. Lo único que dijimos o hicimos fue contar la historia de nuestras vidas, que es la verdad, y aparte nosotros no escogimos ser víctimas de un depredador sexual”, subrayó.

Aseguró que en una decisión que tomaron como familia se acordó pedir el dinero a la Legión “para terminar este capítulo, ya estábamos muy cansados, hartos de esta situación”.

Consideró que al poner el acento en el dinero, los legionarios buscan “querer hacer a las víctimas victimarios”.

Drogaban a José Raúl

Blanca Estela Lara Gutiérrez, pareja del padre Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, y con quien tuvo dos hijos, contó cómo José Raúl González Lara, el mayor de ellos, era drogado para que no hablara sobre los abusos que sufría por parte de su padre.

En la segunda parte de la entrevista que concedieron a la periodista Carmen Aristegui, Raúl, el mayor, afirmó que al tener problemas emocionales, producto de los abusos cometidos por su padre, trató de buscar ayuda psicológica. Marcial Maciel le dijo “Si vas a ver a un psicólogo te puede destrozar la vida” y le recomendó que fuera con el psiquiatra Francisco López Ibor, a Madrid.

Norma, otra pareja del padre

En Madrid Raúl se quedó por un tiempo en casa de Norma, la “otra mujer” de Maciel en España. “Desde niños viajábamos con ella, Omar y yo solos. Nos la presentó como nuestra tía”.

Raúl visitó la clínica psiquiátrica en 1999. Cinco años después recibió el diagnóstico que decía que presentaba un “trastorno esquizofreniforme” y presentaba delirios. Mientras tanto, el joven fue tratado con neurolípticos que lo mantenían dopado.

Blanca Lara señala que él estaba “siempre echando saliva por un lado”. Ella le preguntó a Maciel qué hacer y él le pidió que continuara con los medicamentos. Blanca apunta que el tratamiento psiquiátrico era para que su hijo no hablara sobre los abusos que había vivido. (Con información de AP)