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La secretaria de Estado, Hillary Clinton, alzó ayer por primera vez su voz para advertir contra aquellos gobiernos de Latinoamérica que han decidido ampliar sus relaciones estratégicas con Irán, en un pronunciamiento que pone en evidencia el creciente desencuentro entre Washington y algunos gobiernos del hemisferio sur como Venezuela y Bolivia.
“Sólo puedo decir que se trata de una muy mala idea”, aseguró Clinton al externar su esperanza de que, algún día, los gobiernos de esos países “reconozcan que Irán es hoy el mayor apoyo, promotor y exportador de terrorismo en el mundo”.
El mensaje de Hillary Clinton tuvo así como destinatarios a los gobiernos que hace escasas semanas recibían con pompa y circunstancia y le tendían la alfombra roja al presidente de Irán, Mahmoud Ahmadineyad, para hacer sonar las alarmas del Departamento de Estado, el Pentágono y la Casa Blanca.
“Si la gente quiere flirtear con Irán, (es su problema pero) deberían considerar las consecuencias que puede tener para ellos. Esperamos que se lo piensen dos veces”, añadió Clinton en alusión a los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez; de Bolivia, Evo Morales, y al de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, un mandatario con el que EU trabaja a marchas forzadas para evitar la pérdida de un interlocutor de gran peso e influencia en el continente.
Precisamente, el mensaje de Clinton coincidió ayer con la confirmación del viaje que el secretario de Estado adjunto para el Hemisferio, Arturo Valenzuela, realizará a partir de mañana por Brasil y Argentina, con la esperanza de recuperar el diálogo con Brasilia y Buenos Aires y superar las diferencias que han surgido tras la crisis en Honduras.
“Sabemos que tenemos diferencias, pero también que podemos apostar por la vía del diálogo para ponernos de acuerdo no sólo en asuntos de carácter bilateral, sino regional”, aseguró Valenzuela al confirmar los términos de una primera visita de cortesía por las dos naciones.
La gira del principal responsable de las relaciones hacia Latinoamérica coincidía así ayer con el primer informe diplomático de Hillary Clinton sobre una región que había depositado muchas esperanzas en el inicio de la administración Obama, pero que hoy desde algunas capitales como Caracas, La Paz, Quito o Asunción vuelve a recrear la misma desconfianza y el recelo que prevalecieron durante los años de la administración Bush.
“Nos preocupan los líderes que son electos de manera libre, justa y legítima, pero que después de ser elegidos comienzan a socavar el orden constitucional y democrático, el sector privado, los derechos de los ciudadanos de vivir libres de hostigamiento, de represión y de poder participar libremente en sus sociedades”, aseguró Clinton al hacer así una clara diferenciación en la percepción y en las relaciones que EU mantiene con todos los países del hemisferio.
Sin andarse por las ramas, Clinton habló específicamente de “Venezuela y Nicaragua” porque, consideró, “es importante que hagamos un fuerte llamamiento a la gente y a los líderes para que se mantengan en el camino de la democracia”.
“La democracia no es cuestión de líderes individuales, sino de instituciones fuertes. Porque buenos líderes vienen y van, y las instituciones permanecen”, dijo.
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