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En sus rostros se refleja la preocupación, incluso, el miedo de subirse a los vehículos de sus clientes que puede significarles la muerte, tal y como le ha sucedido aquí a siete sexoservidoras en los últimos ocho meses.
De septiembre pasado a este mes han sido asesinadas siete mujeres dedicadas a la prostitución. Cuatro de ellas fueron ultimadas de manera violenta y coincidentemente fueron arrojadas a un canal de aguas negras, ubicado en la zona poniente de la ciudad. En los restantes tres casos, los homicidas fueron detenidos.
Las autoridades de la Procuraduría General de Justicia del estado prendieron los focos de alerta, ya que se podría tratar de un mismo individuo, un sicópata o un grupo de personas que tiene como blanco de acción a las sexoservidoras de la zona centro de esta capital.
El caso más reciente fue el de Esperanza Valenzuela Pérez, de 62 años y residente de la colonia Robledo, asesinada el domingo 17 de mayo, quien cobraba 200 pesos por sostener relaciones.
El homicidio fue cometido en el cuarto uno del hotel Oasis, localizado en avenida Zuazua 542, del centro histórico. El asesino fue identificado como Israel Ávalos Ortiz, de 49 años, originario de Veracruz, quien entró a la habitación acompañado de la víctima y luego de una discusión arremetió a golpes y la asfixió.
Apenas una semana antes habían matado a Esther Pérez Calderón, de 23 años y 1.60 metros de altura, quien según recuerdan sus compañeras, era alegre, amable y muy bailadora.
Ella se fue con un cliente que no ha sido identificado y nunca regresó al hotel Cosmos, donde eventualmente prestaba sus servicios.
“Nos da miedo lo que está pasando y es que nadie nos cuida. Los policías municipales están más preocupados en cuidar a los comerciantes y los clientes que acuden al centro de la ciudad, que a nosotras”, se quejó Graciela, quien acostumbra trabajar en calles del centro.
“Nos cuidamos, aunque sea solas”
Ana, una cuarentona que tiene más de 15 años en el sexoservicio, expresó que entre sus compañeras de oficio hay mucho miedo. Por ello, señala que como una manera de autoprotegerse informan a sus compañeras con qué clientes se irán, en qué autos y hasta los hoteles a donde las llevarán. “Queremos cuidarnos, aunque sea solas”, dijo la entrevistada.
El año pasado fueron asesinadas Vilma Arellano Díaz, de 48 años; María de los Ángeles Salazar Castro, de 36, y Blanca Elizabeth Hernández de 35, así como una mujer conocida como La Chapis.
Aún no hay detenidos, pero los cuerpos de estas cuatro personas fueron arrojados al canal de aguas de la colonia Gabriela Mistral, al poniente de Mexicali.
Todas, de acuerdo con la directora de Averiguaciones Previas de la PGJE, María Elena Andrade, fueron golpeadas en varias partes del cuerpo, estranguladas y posteriormente arrojadas al afluente.
Además, el 16 de octubre pasado apareció muerta Gloria Partida León, de 35 años, cuyo cuerpo fue localizado en el fraccionamiento Villas del Rey.
Partida León fue salvajemente golpeada por su agresor, quien luego de amarrarla de pies y manos la atacó con puños y a patadas; después le colocó una bolsa de plástico en la cabeza hasta asfixiarla y escapó.
Comentario:
¿Cómo puede darse la violencia en ciertas zonas y las autoridades parecen no hacer nada?
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