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La incertidumbre sobre el momento en que la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos decida aumentar la tasa de interés de los fondos federales mantiene inquietos a los bancos centrales de todo el mundo.
La semana pasada, el Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal se reunió para definir la situación de la política monetaria estadounidense, donde tomó la decisión de no realizar cambios en la tasa de interés doméstica al dejarla en 0.25%.
La Reserva Federal de Estados Unidos no consideró necesario hacer ajustes en la tasa de interés debido a que por el momento no existen presiones que obliguen recurrir a esta medida, además de que aún la economía no muestra signos de una recuperación sostenida, pese a que el PIB estadounidense lleva dos trimestres en fila al alza.
La mayoría de los bancos centrales del mundo se encuentran relativamente preocupados entorno a los cambios impulsados por la FED y al eventual incremento de las tasas de interés para conocer su magnitud, porque existen versiones sobre las distorsiones que generaría en el momento de elevarlas.
Analistas del mercado financiero realizaron en días anteriores estimaciones de cuándo la FED incrementará la tasa de los fondos federales. Algunos comentaron que el primer incremento sería en el último trimestre de 2010, cuando la actividad económica del país vecino del norte muestre definitivamente una clara tendencia de alza.
Sin embargo, existen otros pronósticos más pesimistas debido a que el incremento se realizaría en marzo del próximo año, que es cuando se observaría un plena recuperación de la economía, pero sobre todo para evitar futuras presiones inflacionarias originadas por la reactivación de la demanda agregada en 2011.
La tasa de interés de Estados Unidos durante ese año presentaría tres incrementos, cada uno de 0.25 puntos porcentuales para alcanzar en primera instancia y hacia el cierre de 2011 un nivel de 1.0%.
Los países emergentes, bajo este escenario, no presentará grandes problemas en sus monedas en 2010, pero no se descartan movimientos volátiles por la continuación de la incertidumbre sobre la evolución de la economía mundial, principalmente la de EU.
Los mercados financieros de los países emergentes en los últimos meses han recibido fuertes cantidades de dinero vía inversión de cartera, resultado de los grandes excedentes de liquidez que existen a nivel global.
La entrada de grandes flujos monetarios en estos mercados permitió que las monedas se revaluaran de manera importante como, por ejemplo, el peso mexicano reporta en lo que va del año una apreciación de alrededor de 3%, mientras el real brasileño muestra una recuperación de alrededor de 5%.
El principal problema que podrían enfrentar las monedas de los países en vías de desarrollo, cuando Estados Unidos comience a incrementar las tasas de interés, es una salida masiva de recursos monetarios generando distorsiones en los mercados financieros de estas naciones.
En el caso México, la tenencia de valores gubernamentales de largo plazo en poder de inversionistas extranjeros es de 303 mil 544 millones de pesos, equivalente a 23 mil 640 mdd.
En este año, tan sólo la compra de bonos a plazo de 10 y 20 años por extranjeros resultó una entrada de 10 mil 321 millones de pesos, aunque es importante señalar que desde su nivel más bajo reportado en abril de 2009, de 228 mil 257 millones comparado con el nivel actual, representa un monto total acumulado de 59 mil 600 mdp.
Por ello resulta importante que los bancos centrales en el mundo sigan el comportamiento de la política monetaria estadounidense, a fin de realizar estrategias y poder enfrentar la salida de flujos de sus mercados cuando comience el alza de las tasas de interés, que seguramente, como se expuso, ocurrirá en el mediano plazo.
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