Noticia:
A las dos de la mañana comienza la hora de los vasos desechables. Con el vaso llega la cuenta y con la cuenta el enojo.
Una ley que impide que los bares y antros sigan vendiendo alcohol después de las dos de la madrugada no detiene a todos, y mucho menos a los más picados. Los que quieren seguir bebiendo indudablemente preguntarán qué sigue. Quién pone su casa para continuar la fiesta. Quién conoce un after clandestino que abra sus puertas a quienes son dueños de su tiempo.
Es el pleito de cada fin de semana. El cierre no debe rebasar las 03:00 horas y las bebidas se dejan de vender a las 2:30 horas, según lo marca la la Ley de Establecimientos Mercantiles del Distrito Federal. Así que desde las dos comienza la presión, llegan a la mesa cuentas que nunca se pidieron, los meseros empiezan a levantar las sillas en señal de que es hora, la música suena a soundtrack de Garibaldi y, para colmo, encienden las luces.
Comentario:
Debe haber un límite a la "tomadera".
Ofrezco mis servicios.
jueves, 11 de junio de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario