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Algo ocurría. Parecía que un extraño virus hubiese llegado a senadores, a diputados, los habituales adversarios políticos, para desatar una epidemia de mesura, de concordia, de entendimiento.
Así, en la primera sesión de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, desde la tribuna, con su proverbial corrección, pero categórico, el priísta Francisco Arroyo dijo que, desde luego, hay que apoyar en estos momentos, ante la emergencia, a las autoridades de la República, de los estados, de la ciudad de México, pero, acusó:
“El gobierno federal gastará este año más en telefonía celular que en investigación científica”.
Sin embargo, nadie se alteró. Ningún panista pidió la palabra para responderle. Nadie intentó descalificarlo.
Una sesión, todavía en el contexto de la emergencia. A puerta cerrada, aislados, protegidos del común de los mortales, los legisladores. Ellos, sin corbatas, ellas con ropajes ligeros... en el sentido decente de la frase.
Todas, todos, con palomitas. No la representación del Espíritu Santo. Tampoco las de buena conducta. En las solapas de ellas, de ellos, el símbolo que certificaba que habían pasado la burbuja sanitaria sin problemas, sin sospecha alguna, sin los síntomas de la nueva influenza, con el gel desinfectante en las manos, con los cubrebocas que, sin embargo, la mayoría no se puso cuando estuvieron juntos en el salón de plenos.
Sesión que los ajenos a la Permanente pudieron o tuvieron que seguir en los monitores.
Imágenes en las pantallas de Manlio Fabio Beltrones, con su liderazgo, en charlas varias con el presidente de la Cámara de Diputados, César Duarte, pero también con representantes de las otras bancadas.
Pero también de los sonrientes rostros del panista Juan José Rodríguez Prats con el perredista Juan Guerra Ochoa.
Clima poco habitual. Sin ánimos encendidos. Sin ataques. Con propuestas.
“Debemos encontrar la forma de enfrentar la descoordinación que estamos teniendo tanto en las cifras que se han dado, como tomar medidas en lo posible junto con el gobierno federal y, por supuesto, los gobiernos de los estados” manifestó Javier González Garza, del PRD.
Después, el otras veces encendido Juan José Rodríguez Prats, del PAN, también en tribuna, manifestaría su acuerdo con lo dicho por su antecesor y agregó: “Hoy tenemos que evidenciar que por encima de nuestras diferencias hay una enorme responsabilidad con el país”.
Serenos, cordiales legisladores que se escuchaban, aplaudían sus diversas intervenciones, aprobaban un punto de acuerdo.
Y antes de las tres de la tarde, sin problemas, en armonía, se retiraban, como si portaran ese extraño virus, el de la mesura, el de la concordia...
Comentario:
Ojalá esta epidemia de mesura durara para siempre. Sueños guajiros.
Coronavirus, la amenaza esta ahí afuera
Hace 4 años
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