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Un atentado suicida precedido de disparos ha causado una veintena de muertos y decenas de heridos en una concurrida área de la ciudad paquistaní de Lahore, en la provincia de Punjab, al este del país. La potente explosión, que se produjo a las 10.30 hora local (04.30 GMT), ha destrozado por completo un edificio de los servicios de emergencia de la Policía y ha afectado a muchos otros, entre ellos una importante comisaría, una oficina de los servicios secretos y la Corte Superior de la ciudad.
El jefe de Gobierno de Punjab, cuya capital es Lahore, Shahbaz Sharif, cifró en 25 el número de muertos en una rueda de prensa retransmitida por los canales paquistaníes al final de la jornada. A lo largo del día, dos fuentes del gabinete del jefe policial de Punjab consultadas por Efe habían situado el número de víctimas mortales en entre 23 y 36 y el de heridos entre 250 y 300.
El ataque fue perpetrado en el centro de Lahore por un suicida en un vehículo cargado de explosivos que empotró contra las oficinas de los servicios de emergencia, según fuentes oficiales. Ningún grupo ha reivindicado por ahora el mortal ataque pero coincide con la operación militar del Gobierno de Islamabad contra los talibanes y sus aliados en el noroeste del país.
Las fuerzas de seguridad han acordonado muchas de las avenidas colindantes al lugar del atentado, mientras que las autoridades hospitalarias han declarado un estado de emergencia en los centros sanitarios y están pidiendo a los ciudadanos que donen sangre. El primer ministro paquistaní, Yusuf Razá Guilani, ya ha condenado el ataque, según los medios del país.
Objetivo de terroristas
Lahore, considerada la capital cultural y burocrática del país, es la segunda ciudad más próspera después de la capital, Islamabad. Por ello, también es objetivo de los terroristas. Fue escenario de dos ataques en marzo de este año perpetrados por diversos comandos, uno contra el convoy de la selección nacional de críquet de Sri Lanka y otro contra una academia policial. La violencia de los extremistas ha cobrado fuerza desde mediados de 2007 con numerosos ataques tanto a las fuerzas de seguridad como al Gobierno.
Este atentado llega en plena ofensiva del Ejército contra la insurgencia talibán en el valle norteño de Swat y otros distritos colindantes. Unos 15.000 soldados combaten con los radicales en una guerra que ha causado la muerte de más de 1.100 integristas desde finales de abril, según cálculos militares. Esta semana además el general de EE UU para Pakistán y Afganistán, David Petraeus, máximo representante militar del Ejército norteamericano, se encuentra de visita en Pakistán donde tiene previsto reunirse con líderes gubernamentales y militares.
Comentario:
Resulta muy difícil detener el terrorismo.
Coronavirus, la amenaza esta ahí afuera
Hace 4 años
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