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De llegar al poder, el FMLN buscaría implantar un sistema de "democracia directa", en la cual se harían reformas a las instituciones y se crearían estructuras paralelas al gobierno pero impuestas por él mismo y dirigidas por los líderes de izquierda, advierten analistas y expertos en jurisprudencia.
Este tipo de democracia, que busca aprobar la sustitución de la representatividad por el referéndum y otras instancias, es el utilizado por Hugo Chávez en Venezuela y lo han intentado imponer Evo Morales en Bolivia y Rafael Correa en Ecuador.
En el capítulo de la "Reforma Política" que plantea la plataforma del FMLN se establece que "El país necesita una reforma del Estado en su doble dimensión: como sistema de instituciones y como sistema de organizaciones públicas".
Ese párrafo, a juicio del analista Paolo Lüers, deja la puerta abierta a un ejercicio de democracia participativa que no está establecida en la Constitución salvadoreña pero que puede dar pie a crear organismos paralelos al Estado.
"¿Estamos hablando de organizaciones sociales, como sindicatos, asociaciones de mujeres, cooperativas, ONG o fundaciones? ¿O estamos hablando de organizaciones como los conflictivos y divisivos "Consejos del Poder Ciudadano" de Daniel Ortega, o como los "Consejos Comunales", con los cuales Hugo Chávez construye una estructura paralela a las instituciones estatales?", se pregunta el periodista de origen alemán en un artículo publicado en Observador Electoral.
Por eso, Lüers demanda del FMLN más claridad en esos conceptos, los cuales pueden ocultar intenciones de transformaciones del modo cómo se gobierna.
"La sociedad tiene que saber de qué tipo de "reforma del Estado" están hablando el FMLN y su candidato, esto no debe esconderse en un lenguaje seudo científico que deja todas las puertas abiertas a experimentos con la 'democracia directa'", afirma Lüers.
A juicio del abogado Francisco Bertrand Galindo, el lenguaje utilizado en ese apartado del plan de gobierno del partido de izquierda podría disfrazar las intenciones de establecer un tipo de Estado similar al que ha intentado imponer Hugo Chávez en Venezuela, con el cual a través de referéndums y de las marchas populares ejercen presión sobre los políticos para determinados fines útiles al gobierno.
Bertrand Galindo ve ciertas amenazas a la Constitución en el párrafo de la página 81 de la plataforma en la cual establece que "Las políticas de participación ciudadana estarán sustentadas en los principios de: 1. Soberanía Popular; 2. Constitucionalidad y legalidad; 3. Representación y representatividad..."
A su juicio, el FMLN debe aclarar por qué antepone la "soberanía popular" a la "constitucionalidad y legalidad", porque eso puede dar pie, en determinado momento, a presionar a las instituciones como la Corte Suprema de Justicia a emitir resoluciones inconstitucionales que terminan siendo válidas pero transgrediendo la Carta Magna. Todo eso podría hacerse en aras de la soberanía popular.
"Yo, por ejemplo, he visto casos en donde nuestra Sala de lo Constitucional han salido declaraciones que algo es constitucional cuando claramente no lo es. Uno por más que lo lea es inconstitucional pero la sala dice lo contrario. A partir de ahí no hay nada qué hacer. Eso cuando no hay ni por cerca el nivel de presión del que hablo. Ahora imaginemos que lo que estamos hablando es declarar constitucional algo que para el FMLN sea útil y para lo cual se monte toda una estrategia de presión popular en donde la Sala termine diciendo que es constitucional", ejemplifica Bertrand Galindo.
Él detalla que en el proyecto de reforma constitucional en el cual Chávez pretendía modificar la Constitución para perpetuarse en el poder, y la cual perdió, tenía un elemento similar al planteado por el FMLN en el tema de la soberanía popular y era "el concepto que más asustaba".
Al decir de Galindo, la Constitución salvadoreña posee muchos candados como para que un partido en el poder pueda modificarla por la vía institucional a su antojo, pero sí le preocupa, en virtud de la vaguedad de la propuesta de reforma política del FMLN, que si gana las elecciones provoque algún tipo de vacío legal y que sobrepase la Constitución en aras de esa misma "soberanía popular".
"Si uno ve como ellos trabajan, ellos siempre han tenido dos líneas: la de calle y la institucional. Cuando la institucionalidad falla, montan la estructura de soberanía popular que pueden ser tomas, manifestaciones que pueden ser desde el Estado mismo en aras de la soberanía popular. Este tipo de frases es complicado, porque lo que quiere decir es 'yo me puedo saltar la legalidad'", dijo el abogado.
"Divide y vencerás".
El analista Manuel Enrique Hinds coincide con Lüers y Galindo en cuanto al cambio de concepto de la democracia que plantea el lenguaje ambiguo de la plataforma efemelenista .
Hinds argumenta que gobiernos sudamericanos como el de Chávez, Evo Morales en Bolivia y Rafael Correa en Ecuador han buscado pasar de la democracia representativa a la democracia directa a través del uso de consultas populares.
A su criterio, estos gobiernos de corte populista tienen al menos dos objetivos con la instauración de este tipo de democracia directa: dividir a los ciudadanos y crear organizaciones paralelas bajo su control.
"Con este tipo de democracia es bien fácil fragmentar al pueblo, de tal manera que ningún grupo ciudadano pueda acumular el poder necesario para enfrentarse al gobierno", escribió el analista en una columna del 12 de septiembre.
El segundo propósito, detalla Hinds, está relacionado con el control político del territorio.
"Con la sociedad entera dividida, sin partidos políticos y otras instituciones representativas, los comités de cuadra se convierten en dueños de vidas y haciendas", añade el editorialista.
El magistrado de la Corte Suprema de Justicia, Ulices del Dios Guzmán, ve también indefinición en el concepto de Estado Social de Derecho que plantea el FMLN en su plataforma, porque a su juicio la tradición indica que se trata de una transformación hacia un Estado comunista.
"Si alguien va a votar por esa opción lo importante es que la población esté consciente de qué tipo de Estado se quiere construir. Sólo el nombre no deja claro el tipo de Estado que se quiere construir y específicamente en esa definición si se trata o no del Estado en tránsito hacia la construcción de este comunismo", dijo el funcionario.
Para el magistrado de la Sala de lo Penal, el FMLN tampoco aclara el tipo de "espacios que le pertenecen al pueblo... para que pueda realizar un ejercicio superior de soberanía", pues el concepto queda muy vago y podría dar lugar a un contrasentido con el gobierno.
"Debe indicar qué espacios, qué tipo de derecho. Puede chocar con atribuciones. Eso puede generar cierta ingobernabilidad. porque algunos sectores podrían autoatribuirse ciertos ejercicios fundándose no en la Constitución sino en la soberanía popular y con esa pretensión irrespetar la Constitución. Eso puede significar un peligro para la gobernabilidad y la existencia del mismo Estado", considera el funcionario de la Corte Suprema.
Comentario:
Ese control absoluto que pretende instaurar el FMLN en El Salvador, es algo similar a lo que los mexicanos sufrimos durante varias décadas de dominio del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y que nada se hacia sin la voluntad presidencial. ¿Eso quieren seguir teniendo en Venezuela? Parece que no está prosperando en Bolivia y la ultima palabra la tienen los Ecuatorianos. ¿Los salvadoreños quieren ese tipo de régimen, en el que dominan los nuevos "emperadores".
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