Hacienda insiste en que el gasto corriente viene a la baja.

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La Secretaría de Hacienda insiste en que en la administración actual el gasto corriente sólo ha crecido 3.3% real en los tres primeros años de la presente administración, mientras que en periodos similares de otras administraciones la expansión de este rubro fue mayor.

Analistas consultados consideraron que el desempeño de 3.3% en el gasto corriente en un momento donde la economía está a la baja, representa una expansión de las erogaciones para mantener en operación a la administración pública.

Hacienda destacó en una aclaración enviada a EL UNIVERSAL sobre el tema de gasto corriente que estas erogaciones no son malas, ya que explican la operación de los programas de desarrollo social, educación, salud, pensiones, entre otros.

Los especialistas consultados mencionaron que el problema es la falta de transparencia que existe en el ejercicio de los recursos, además de que gran parte del dinero se queda en el pago a funcionarios.

Dijeron que otro componente que aumenta este rubro de las finanzas públicas es la cantidad de privilegios sindicales en paraestatales y en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).

“En su gran mayoría los programas sociales tienen incrementos en su gasto corriente, pero los recursos se quedan en los sueldos de los funcionarios”, planteó Gabriel Pérez, director de la Facultad de Economía de la Universidad Panamericana.

Jorge Romero, director ejecutivo de Fundar, censuró que no haya información clara y precisa sobre el gasto del gobierno federal, en especial de los bonos y las prestaciones adicionales que reciben mes con mes funcionarios con cargo de directivos a secretario de estado.

Hacienda agregó que “el incremento del gasto corriente entre 2000 y 2008” es producto del alza en los precios y el consumo de materiales y combustibles necesarios para la producción de bienes y servicios.

“Mayores requerimientos de combustibles para la generación de electricidad por parte de la CFE y compras adicionales de medicamentos, así como de productos químicos y refacciones para áreas de producción, distribución y almacenamiento de Pemex”, expuso.

Juan Pardinas, especialista en presupuesto del Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO), aseguró que el crecimiento real del gasto público, considerando el impacto por inflación es de 72%, entre el periodo de 2000 a 2009.

Laura Iturbide, académica de la Universidad Anáhuac, dijo que es fundamental que se ajuste el gasto administrativo, principalmente los corrientes.

“Creo que si analizamos con lupa hay muchos gastos administrativos que podrían ser recortados, pues no se ven congruentes en una situación donde no piden congruencia”, dijo.