Fracasa junta de Unasur.

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Los cancilleres y ministros de Defensa de Unasur fracasaron ayer en su intento de alcanzar una postura común en cuanto al acuerdo militar que firmaron Estados Unidos y Colombia, en la reunión celebrada ayer en Quito donde los representantes de ese país y de Venezuela volvieron a cruzar duras críticas.

El Ministro y vicepresidente venezolano, Ramón Carrizález, justificó el estancamiento de las negociaciones que se arrastran desde la cumbre de presidentes en la ciudad argentina de Bariloche porque “Colombia se niega a brindar la información” sobre los pormenores del cuestionado acuerdo para que personal militar estadounidense opere en siete bases colombianas. Por su parte, el ministro colombiano de Defensa, Gabriel Silva, había advertido que su gobierno “no vino aquí a consultar nada sino a compartir una postura”, que finalmente no se alcanzó.

En medio de distintos cuestionamientos por la carrera armamentista de Colombia, Venezuela y ahora Brasil, distintos presidentes parecieron participar de una de las cuestiones en debate en Quito: las millonarias compras de armamento.

Uno de ellos fue Álvaro Uribe, quien desde Bogotá aseguró que “desde que empezó nuestro gobierno, tomamos la decisión de dotar al país de instrumentos para recuperar el orden público interno, sin pensar en la carrera armamentista. Y en eso se mantiene Colombia”.

No obstante, el canciller colombiano Jaime Bermúdez fue quien propuso que se analice la compra de armamento por terceros países, mientras que el presidente peruano, Alan García, quien en Bariloche había alzado la voz contra la desmesurada compra de armamentos en la región, envió una carta a la cumbre de ayer, en la que propuso que el Consejo de Defensa Sudamericano “estudie cada país y haga públicos los montos de los gastos militares de mantenimiento, así como la transparencia de las nuevas compras”.

“Debemos poner las cartas sobre la mesa. El secreto entre nosotros sólo beneficia a los grandes vendedores de armas y a sus comisionistas corruptores”, apuntó el mandatario en un documento en el que destacó que, en los últimos cinco años, se llevan gastados en este lado del mundo más de 23 mil millones de dólares.

Al respecto Carrizález, cuyo gobierno acaba de anunciar la compra de cohetes rusos por 2 mil millones de dólares, se defendió al decir que se acusa a su país “para contrarrestar el argumento de Colombia, pero los países ante una amenaza como la que nosotros tenemos tienen la obligación de protegerse”.

En Washington, donde se reunieron ayer, el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, y la secretaria de Estado, Hilary Clinton, calificaron como “injusticada” la carrera armamentista en Sudamérica.