“El impuesto no es para pobres”.

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La administración del presidente Felipe Calderón no le quiere cobrar impuestos a los pobres, aseguró el secretario de Hacienda, Agustín Carstens.

Ante diputados de la 61 Legislatura, el funcionario aseguró que por cada peso adicional que pagarán los pobres en México por el nuevo gravamen, recibirán 10 pesos adicionales a través de los programas sociales.

En comparecencia, Agustín Carstens aseguró que la gran mayoría de los mexicanos están dispuestos a pagar el nuevo impuesto de 2% al consumo de bienes y servicios, si los recursos se ejercen con transparencia.

“Varias encuestas recientes indican que una inmensa mayoría de los mexicanos están dispuestos a pagar una contribución adicional que se destine a combatir la pobreza, sobre todo, si los recursos obtenidos se ejercen con toda transparencia, de manera abierta y su ejercicio está sujeto al escrutinio puntual de la sociedad”, dijo el funcionario.

EL UNIVERSAL difundió el pasado lunes un estudio del Tecnológico de Monterrey en donde se plantea que el impuesto de 2% afectará a la población de menores recursos, ya que obligará a dejar de pagar bienes para sólo poder cubrir su gasto en alimentos.

Carstens negó que los impuestos que se proponen para 2010 sean regresivos, ya que la incidencia es “mucho mayor” en la población de mayores ingresos.

Al comparecer para hablar del paquete económico para 2010 y la glosa del Tercer Informe Presidencial, el funcionario exhortó a los diputados a “revisar presunciones” y evaluar en todo su mérito la iniciativa para crear la contribución de 2% al consumo de bienes y servicios.

El secretario de Hacienda comprometió al gobierno federal a usar los 70 mil millones de pesos de los recursos que se obtendrían por el impuesto de 2% al consumo de bienes y servicios en forma transparente, los cuales serán sujetos a un estricto control y al más amplio escrutinio público para apoyar a 34 millones de mexicanos y destacó que la finalidad es ejercer los recursos para el combate a la pobreza en el país.

Algunos serán reubicados

Agustín Carstens dijo que el gobierno federal no puede vivir en la ficción de que se le exija una reducción de su gasto, sin que haya pérdidas de empleos.

Inclusive dijo que lamenta mucho la salida de burócratas, pero algunos podrían ser reubicados.

“Supondrá las medidas de austeridad la reducción de cerca de 10 mil plazas en las estructuras administrativas, especialmente las que corresponde a los altos mandos, es algo que lamento mucho, al igual que cuando hay despidos en el sector privado y social, pero no podemos pretender vivir en una ficción, en la que se le exija al gobierno reducir su tamaño sin que haya pérdida de empleos”, dijo el titular de Hacienda.

El funcionario planteó a las entidades federativas alcanzar acuerdos con los municipios para incrementar sus ingresos tributarios propios, principalmente por el impuesto predial.

“Los estados tienen la facultad de llegar a acuerdos con los municipios para aumentar esa recaudación. Yo creo que sería muy deseable que los estados hagan esos acuerdos orientados a facilitarles a los municipios a aumentar esa recaudación”, expuso a los legisladores.

Agregó que el potencial recaudatorio del impuesto predial es muy alto y en la actualidad no se explota.

Carstens comentó que también es de “altísima urgencia” que los estados y la federación mejoren la recaudación por el Régimen de Pequeños Contribuyentes.

El secretario planteó que de los 175 mil millones de pesos que recaudarán por impuestos, en 2010, 57 mil millones de pesos irán a los estados y dijo que en el paquete económico se buscó aumentar la Recaudación Federal Participable.