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martes, 29 de septiembre de 2009

Buenos Aires,la más ruidosa de AL.

Noticia:


En la intersección de las Avenidas Pueyrredón y Córdoba, dos amigas intentan entablar una conversación. Levantan la voz, pero no se escuchan. Entran en una confitería tratando de escapar del ruido de los camiones, los claxon y los autos, pero se topan con un coro de voces que parece incansable. “Nos Hablamos más tarde”, deciden.

Escenas como esta se repiten a cada minuto en una ciudad que fue considerada como la más ruidosa de América Latina, y la cuarta en el mundo. Pero no es la esencia cultural italiana y las típicas conversaciones a toda voz que caracterizan a este país, la razón para tanto bullicio, sino los crecientes niveles de contaminación auditiva sólo empeorados por Tokio, Nagasaki y Nueva York, de acuerdo con parámetros de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El tránsito, el transporte, la falta de una cultura de no contaminación, sumada a la creciente ola de marchas y protestas sociales, hacen de Buenos Aires una ciudad ruidosa. Así lo determinó un estudio de la Agencia de Protección Ambiental del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, que se basó en los parámetros internacionales y en estudios de la OMS para el trabajo.

Los barrios Monserrat, la Recoleta y Retiro aparecen como los más ruidosos; bien cerca le siguen Almagro, Colegiales, Palermo y San Telmo, donde los decibeles (dB) oscilan entre 65 y 80. Según la OMS por encima de 70 dB se trata ya de ruidos molestos y sobre los 90 son contaminantes.

Justamente en la esquina de Medrano y Sarmiento, en el corazón del barrio de Almagro, vive la otorrinolaringóloga Lucila Crespo; apoyada en su conocimiento profesional se dedicó durante 12 tardes, en días laborables, a medir los decibelios. “Siempre andan entre los 88 y los 96. Es insoportable. Mi departamento da a la calle y si estoy hablando por teléfono en el comedor no se escucha nada. Ni te digo lo que es hablar por el celular en la puerta del edificio. Un diálogo de sordos”, sostiene.

Horacio Walter es el jefe de la Evaluación Técnica a cargo del estudio realizado por la ciudad y sostiene que “Buenos Aires no posee en un sistema de medición uniforme pero es una de las ciudades que más padecen los efectos nocivos del ruido”.

“El tránsito es uno de los factores que más inciden; tiene en contra la antigüedad del parque automotor (...) En cambio, como rasgo positivo, tiene avenidas un poco más amplias y menos encajonadas que muchas ciudades de Europa”, dijo según el diario La Nación.

El flagelo del ruido no es nuevo: a principios de los 70 una campaña para aminorar el ruido se convirtió en una de las más recordadas por la sociedad y publicistas: “El silencio es salud…”.

Un segundo estudio, este realizado por el Departamento de Electroacústica de la Universidad de Buenos Aires, sostiene que el nivel de ruido en aumentó en los últimos 30 años: en los 70 el promedio rondaba entre 50 y 60 dB; hoy es de 70 dB.

Para la doctora María Eugenia Di Paola, quien trabajó en la elaboración del programa Buenos Aires sustentable, “el crecimiento desordenado de la ciudad en los últimos 30 años, la existencia de la red ferroviaria a cielo abierto y las transformaciones del transporte no sólo hicieron que crecieran los ruidos molestos sino que duran más”.

El gobierno tiene leyes para quienes que violen los niveles de tolerancia de ruidos establecido en 70 dB en las zonas industriales y 80 para el sistema vial. Las multas van de 14 mil dólares para los domicilios particulares hasta 28 mil dólares para los establecimientos industriales. Incluso se puede clausurar establecimientos, aunque encontrar una empresa cerrada por tal razón equivale a hallar una aguja en el pajar.

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