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domingo, 12 de julio de 2009

Inédita narcoembestida.

Noticia:


La captura en Michoacán de Arnoldo Rueda Miranda, La Minsa, uno de los jefes del cártel de La Familia Michoacana, desató la mayor ofensiva en la historia del crimen organizado en México contra fuerzas federales y militares.

Los ocho ataques a instalaciones, agentes federales y soldados —seis de ellos en Michoacán y dos más en Guerrero y Guanajuato— dejó un saldo de cinco oficiales muertos, dos de ellos soldados, y 18 agentes federales heridos.

Los atentados contran cuarteles de la Policía Federal y las emboscadas contra federales y militares, que incluyeron el uso de granadas de fragmentación y rifles de asalto R-15 y AK-47, se iniciaron desde la madrugada en Morelia y se fueron repitiendo en Zitácuaro, Apatzingán, Lázaro Cárdenas, Pátzcuaro y Taretan, según el reporte oficial. Otras versiones dan cuenta de agresiones en Huetamo, Gabriel Zamora, La Piedad, Jiquilpan, Maravatío y Lombardia, entre otras poblaciones de Michoacán.

La jornada de violencia, en la cual ocurrieron paralelamente cinco ejecuciones de civiles, puso en alerta máxima a todas las instalaciones federales y militares de Michoacán, además de las policías locales y estatales, en previsión de que se produzcan en las próximas horas nuevos ataques. Los cuerpos de seguridad federales y estatales sólo están autorizados para patrullajes en convoy, lo que permitiría repeler las agresiones.

Rescate o muerte

En otras zonas bajo la influencia de La Familia Michoacana, como Altamirano, Guerrero y Salamanca, Guanajuato, también se produjeron ataques contra elementos de la Policía Federal, aunque en el último punto también había marinos y militares.

Con estas dos agresiones y de acuerdo con recuentos periodísticos, en total se produjeron 14 agresiones a las fuerzas de seguridad federales.

En la ciudad de México, el responsable de la Coordinación Territorial de la Policía Federal, el general Rodolfo Cruz López, consideró que la reacción del grupo criminal tras la captura de La Minsa, tenía el objetivo de liberarlo y los ataques subsecuentes fueron en represalia por su detención. Sin embargo, otra versión oficial da cuenta de que debido a su cercanía y conocimiento de la estructura de La Familia Michoacana se ordenó su rescate o su muerte, para evitar que las autoridades conocieran el funcionamiento del citado cártel.

Anoche, la PGR atrajó la investigación de los ataques a instalaciones federales, asesinatos y lesiones de agentes federales y soldados. Sobre estos hechos, el gobernador Leonel Godoy Rangel dijo: “Esperamos que el gobierno federal —que es el responsable directo del tema de la seguridad— nos convoque para ver como atenderemos este asunto, porque sin duda todo lo que se dio el día de hoy vino a recrudecer la violencia”.

Despertar entre tiros

Alrededor de las 4:40 horas del sábado se produjo el primer ataque contra instalaciones de la Policía Federal en Morelia, contra el cuartel situado en la avenida Escuadrón 201, de la colonia Jardínes de Guadalupe, donde estaba detenido La Minsa y su familia. En una acción sorpresiva, un comando que viajaba en varios vehículos lanzó granadas y disparó contra el inmueble, en un intento de rescatar a su jefe.

Dentro de la camioneta blindada marcada con el número 13822 estaba la esposa y cuatro hijos del capo detenido; los cinco salvaron la vida. El blindaje que mostraba las huellas del ataque con granadas de fragmentación. Los menores de entre 10 y cuatro años, lo mismo que la mujer, no sufrieron daños físicos, según reportes oficiales.

En el lugar quedaron lesionados ocho federales por esquirlas y balas. El grupo agresor logró escapar en éste y en el resto de los ataques. Al tratar de explicar por qué ninguno de los delincuentes fue detenido, el general Cruz López dijo que a pesar de “la capacidad de reacción de nuestras tropas al momento de repeler la agresión, obviamente se nos perdían por la velocidad, aunque teníamos cercos”.

Emboscadas y persecuciones

El tiroteo, que se extendió por diferentes calles de la colonia Jardines de Guadalupe, dejó su huella en varias casas y en vehículos en los que quedaron los impactos de rifles AK-47 y R-15 que utilizaron los sicarios. Los maleantes sólo dejaron abandonada una camioneta con placas del estado de México y lograron perderse por diferentes puntos.

En la segunda agresión tres agentes federales fueron asesinados, luego de recibir una denuncia sobre un falso accidente. Trecientos metros antes de llegar al destacamento de la Policía Federal, ubicado en el kilómetro 93.5 de la carretera México-Nogales, fueron emboscados por un grupo armado. Ahí murieron los federales: Jorge Israel Mondragón Armenta, Emigdio Daniel González Ramírez y Daniel González Rocha. También, fueron dañadas las instalaciones.

Otro atentado ocurrió en Apatzingán en el hotel Posada del Sol, en la colonia Centro, donde cerca de 30 sujetos armados rodearon el lugar y trataron de ingresar en busca de los agentes que ahí se hospedan y se habían resguardado tras recibir la alerta de sus mandos. Los sicarios no pudieron entrar y decideron lanzar granadas y disparar contra la fachada de la posada.

En esta ola de ataques, alrededor de las 6:45 horas la sede de la Policía Federal en Lázaro Cárdenas también fue blanco del grupo armado. La agresión se produjo a pesar de en la colonia La Orilla había un numeroso grupo de agentes federales y estatales, ya que dos horas después llegaría a la zona el gobernador Leonel Godoy para asistir a un acto del sindicato minero.

En una quinta acción, otro grupo de sicarios agredió a federales y las instalaciones de la Policía Federal en Pátzcuaro. En el lugar, resultó herido el agente Carlos Reyes. El último ataque fue en Taretan, donde fueron emboscados agentes federales que circulaban por la autopista Siglo XXI, lo cual dejó un saldo de cuatro policías lesionados.

Aunque la PGR inició seis averiguaciones previas por estos hechos, no incluyó en sus investigaciones el asesinato de dos soldados en Gabriel Zamora. Se trata de los militares del 37 Batallón de Infantería, el sargento Ramón Morales de la Cruz y el cabo Omar Fernando González Moreno, quienes fueron atacados al salir de su cuartel.

El coordinador territorial de la Policía Federal dijo sobre estos ataques que “afortunadamente no hubo una cantidad considerable de bajas, aunque sí de heridos no graves, porque pasaban y balaceaban las instalaciones y continuaban su camino”.

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