Empresas, lejos de la competencia global.

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A las empresas mexicanas de tecnología les cuesta asimilar los patrones culturales para competir globalmente, según información de Eugenio Marín, director de Desarrollo de Negocios de la Aceleradora de Negocios de Tecnología (TechBA) en Montreal.

La Secretaría de Economía opera seis aceleradoras de este tipo en Estados Unidos, Canadá y España, que buscan evaluar empresas mexicanas de tecnología a partir de patrones internacionales de competitividad en los negocios.

“Una vez que las compañías entienden el ciclo de ventas fuera de México, llegan a ser completamente capaces de hacer negocios sin nuestra ayuda”, declaró el director de desarrollo de negocios de TechBA en Montreal.

Actualmente sólo 10% del portafolio de las empresas que son evaluadas en TechBA Montreal venden en el mercado global sin la asistencia de la aceleradora, informó Eugenio Marín en entrevista con EL UNIVERSAL.

Este año, de las 53 micro, pequeñas y medianas empresas que participan en el proceso de preaceleración y aceleración en TechBA Montreal, sólo cuatro se espera que comercialicen su producto en el mercado global de tecnología, dijo Marín.

“Los mexicanos requieren un enfoque cultural como compañías globales”, precisó. En el caso de América del Norte, las necesidades del cliente se concentran en la entrega a tiempo del bien o servicio comercializado.

Durante el proceso de preaceleración, que dura cuatro meses, se revisan las capacidades de la compañía para hacer negocios globalmente.

Si el modelo de negocios es satisfactorio, la firma evoluciona a la etapa de aceleración, donde consultores de la talla del vicepresidente de CAE, firma canadiense fabricante de tecnologías para la industria de la aviación, acompaña a la empresa en sus primeras ventas a través de una red de clientes.

Para 2010, se espera que 30% de las compañías asesoradas en TechBA Montreal se integren al mercado internacional.

En contraste, el Centro de Innovación en Biotecnología de Québec (QBIC, por sus siglas en inglés) coloca en el mercado 80% de las empresas que asesora.

Las compañías también son elegidas según su potencial para hacer negocios, señaló Isabelle Fontaine, oficial en jefe de Operaciones de la incubadora, calificada en 2002 por la Asociación de Incubación Nacional de Negocios (NBIA, por sus siglas en inglés) como la mejor del mundo.

Cuando salen al mercado, el destino de la mayoría de estas empresas es la unidad de investigación en alguna empresa farmacéutica transnacional, aseguró.

Comprar firmas egresadas no es un fracaso

Durante los últimos 13 años, siete de 18 compañías egresadas del QBIC fueron compradas, informó Fontaine.

Pero este destino “no es un fracaso”, dijo, pues mientras a las pequeñas empresas se les dificulta comercializar sus productos, las grandes farmacéuticas requieren compañías que se especializan en un producto específico.

Acorde con la tendencia de la biotecnología a nivel internacional, las empresas capacitadas por QBIC desarrollan productos alimenticios dirigidos a prevenir padecimientos como la obesidad y la diabetes, así como vacunas contra el cáncer y el sida.

Las cuatro empresas que actualmente operan en el QBIC atraviesan por las etapas de preincubación e incubación, que en conjunto toman un máximo de ocho años.

Durante la etapa de preincubación, que puede tomar hasta tres años, se prepara el plan de negocios y se buscan inversionistas interesados en el proyecto.

De ser exitoso, la empresa ingresa a un periodo de incubación que toma entre cuatro y cinco años, durante los cuales se concluye el desarrollo biotecnológico y se inicia la comercialización, etapa en la que el QBIC deja libre a la empresa.

En ese sentido, Isabelle Fontaine reitera: “No podemos identificar el mercado comercial porque a veces las empresas pueden ser compradas”.

El gobierno de Québec tiene un presupuesto específico para estudiar la comercialización de los descubrimientos tecnológicos en las universidades.

En la provincia de Québec existen cuatro sociedades de valorización comercial y económica de tecnología. La de Sovar es una de ellas. Recibe recursos públicos equivalentes a 1.3 millones de dólares anuales. Su objetivo es “buscar las aplicaciones industriales del desarrollo tecnológico”, informó Pierre Pedneau, presidente de Sovar.

La sociedad recibe además 85 millones de dólares del erario para financiar proyectos. De las 300 invenciones tecnológicas analizadas durante nueve años, Sovar ha colocado 30 en el mercado y ha creado 20 empresas, principalmente del sector farmacéutico. Las cuatro sociedades de valorización de tecnología han creado más de mil 500 empleos en Québec. Hace 20 años la industria farmacéutica no existía en la provincia. Hoy el parque farmacéutico de la región genera mil 800 empleos, señaló Pierre Pedneau.