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martes, 21 de julio de 2009

Crece presión mundial a líder de facto hondureño.

Noticia:


La tensión en Honduras va en aumento. Los partidiarios de Manuel Zelaya salieron ayer a las calles y llamaron a prepararse para dar el fin de semana un recibimiento “apoteósico” al mandatario depuesto, en tanto crecía la presión de Estados Unidos, la OEA y la Unión Europea para que se resuelva la crisis hondureña, tras el fracaso de las negociaciones del fin de semana en Costa Rica.

La secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, llamó al presidente de facto hondureño, Roberto Micheletti, desde Nueva Delhi, donde se encuentra de visita, para advertirle de “las posibles consecuencias de unas negociaciones fallidas” .

El portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley, informó que Clinton dejó claro a Micheletti la necesidad de que se restaure el orden constitucional con una solución pacífica y apoyó la mediación del mandatario costarricense, Óscar Arias.

La conversación, que Crowley calificó como “muy dura”, es la de más alto nivel que ha mantenido la administración del presidente Barack Obama con Micheletti.

“Tenemos opciones a seguir si las negociaciones fracasan”, dijo Crowley. Indicó que Clinton mencionó a Micheletti que entre esas opciones figura “un importante impacto en términos de ayuda y consecuencias, potencialmente de largo plazo, en las relaciones entre Honduras y Estados Unidos”.

En tanto, el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, pidió a la región que una sus fuerzas en torno al plan del presidente costarricense, Óscar Arias, que busca una salida a la crisis hondureña, y aguarde las 72 horas de plazo pedidas por el mediador para reconducir unas negociaciones que se han descarrilado ante la cerrazón del gobierno hondureño de facto para aceptar el retorno del presidente depuesto, Manuel Zelaya. “Si el presidente Arias pide otras 72 horas para hacer un último esfuerzo en esta dirección, por lo menos de parte de este secretario general tiene la plena confianza y el pleno respaldo para hacerlo”, consideró Insulza al término de una sesión del Consejo Permanente de la OEA, que ha aceptado la prórroga solicitada por Arias antes que aceptar el fracaso definitivo de su mediación.

“Creo que estamos en un momento muy crucial en que nos tenemos que unir detrás de esta propuesta del presidente Arias, aceptada por Zelaya, y hacer un llamado muy franco a todo el mundo a que demos las 72 horas que el presidente de Costa Rica ha planteado antes de sacar ninguna conclusión sobre este asunto”, añadió.

“La dictadura se quiere quedar”

Convencido de que el fracaso de las negociaciones desembocará en actos de violencia, Insulza se empleaba ayer para evitar la “inevitable” confrontación, aunque reconocía la dificultad de llamar a la calma cuando la “dictadura” pretende quedarse en el poder en Honduras. “Es casi imposible evitarlo o hacer llamados a la calma cuando la dictadura pretende a vista y paciencia de toda la gente quedarse en el poder”, aseguró Insulza, en declaraciones a la radio Cooperativa de Chile.

El resto de los países que intervinieron en el Consejo de la OEA, entre ellos México, Canadá, EU, Nicaragua, Paraguay, Venezuela y Colombia, reiteraron su apoyo al proceso de negociación de Arias y al plazo de 72 horas dado por el mandatario.

En sintonía con la OEA, el Departamento de Estado elogió ayer los esfuerzos de Arias “para facilitar el restablecimiento pacífico y negociado del orden democrático y constitucional en Honduras” e instó a las partes en conflicto, particularmente al gobierno de facto de Micheletti, a “recapacitar” sobre su decisión de rechazar el posible retorno del presidente derrocado.

Exhortamos “a las partes en las conversaciones para que reflexionen sobre los progresos ya logrados y se comprometan con una conclusión exitosa”, dijo el portavoz del Departamento de Estado, Robert Woods, al fijar la posición de la administración Obama.

A su vez, la Unión Europea, que ya había retirado embajadores en Tegucigalpa, suspendíó millones de ayuda a Honduras. Desde Buenos Aires, la comisaria europea de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, hizo un llamado a la calma y confirmó, la “difícil decisión” de congelar 92 millones de dólares de ayuda presupuestaria directa al gobierno hondureño, que podría ser suspendida en caso de que Zelaya no sea restituido.

Con ello se sumó a Estados Unidos, que había suspendido programas de ayuda militar por 16.5 millones de dólares y amenazado con cancelar otros 180 millones; y al Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, que detuvieron créditos con un impacto estimado de 200 millones de dólares este año.

Por su parte, Micheletti reiteró que su negativa al regreso de Zelaya es “indeclinable”, al tiempo que cientos de manifestantes pro Zelaya, muchos de ellos sindicalistas, protestaron frente al Congreso, rodeados de unos 150 soldados y policías antimotines.

“Aquí nadie se rinde, se está comenzando. Ahorita son protestas pacíficas, pero no se puede descartar que la cuestión llegue a males mayores”, dijo Wilfredo Moncado, un líder sindicalista de 59 años que trabaja para una embotelladora. Los partidarios del depuesto presidente planeaban paralizar el jueves y el viernes el país con una huelga general.

La policía hondureña advirtió que no toleraría que los manifestantes en Tegucigalpa se pasen de la raya y que actúen de “manera terrorista”. Las autoridades interinas desplegaron soldados en distintos puntos del país ante el eventual regreso de Zelaya, que éste mismo anunció el lunes para el fin de semana.

En una entrevista con el diario español El Mundo, Zelaya exigió a la comunidad internacional más presión y contundencia para tumbar “el régimen militar y fascista” que lo sacó del poder el pasado 28 de junio.

Organizaciones sociales llamaron al pueblo a organizarse para dar “un apoteósico recibimiento” al presidente depuesto y anunciaron que retornará al país el viernes 24 de julio. En un comunicado difundido ayer, el Frente Nacional contra el golpe de Estado indicó que Zelaya aceptó el plazo de 72 horas establecido por Arias. “Se convoca a todo el pueblo a que esté preparado y organizado para esa fecha, en la que se realizará la gran marcha para ir a su encuentro, al lugar y hora que se señalará próximamente”, dice el documento.

El Comisionado de Derechos Humanos en Honduras, Ramón Custodio, dijo “no habrá ninguna guerra civil”, al comentar que ve “una actitud pacífica en el 90% de la población”. (Con información de agencias)

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