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Cuba conmemoró ayer por segundo año consecutivo el Día Mundial contra la Homofobia con un amplio programa de actividades abanderado por la hija del presidente Raúl Castro, la sexóloga Mariela Castro Espín.
En el acto central en el Pabellón Cuba en el centro de La Habana, Castro Espín, directora del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), calificó la homofobia de “realidad silenciada, desconocida, podrida, malinterpretada, que conduce al odio, a la falta de respeto, a la falta de inclusión, a la falta de solidaridad, a la falta de amor entre las personas, por desconocimiento.
“Los gays no son el problema. El problema es la homofobia”, afirmó la sexóloga en medio de los aplausos y los gritos de “bravo” de una multitud eufórica de gays y lesbianas.
El Día Mundial contra la Homofobia se celebra oficialmente hoy domingo y conmemora la fecha en que, en 1990, la Organización Mundial de la Salud (OMS) decretó que la homosexualidad no es una enfermedad ni un transtorno mental.
Con motivo de dicha fecha, las autoridades cubanas lanzaron el año pasado una amplia campaña de promoción del respeto a la diversidad sexual y la lucha contra los prejuicios contra los homosexuales y transexuales arraigados en la sociedad de la isla. El cambio en la política oficial ha ido produciéndose paulatinamente después de décadas de represión contra los homosexuales, que en el pasado eran enviados a campos de “reeducación”.
El programa de la jornada de ayer incluyó conferencias, presentaciones, mesas redondas, exposiciones, proyecciones de películas y conciertos. En el Pabellón Cuba se colocaron además puestos informativos y existía la posibilidad de realizarse exámenes rápidos del sida durante todo el día.
Mariela Castro explicó que la jornada forma parte de una estrategia educativa que tiene lugar a lo largo de todo el año y que se centra principalmente en la juventud universitaria, además de otros ámbitos de la sociedad, como la familia, en colaboración con instituciones como la Federación de Mujeres Cubanas.
La inauguración de la jornada estuvo precedida de un desfile de homosexuales y transexuales por una céntrica avenida, conocida como La Rampa. Varios cientos de participantes, algunos de ellos con coloridos disfraces, realizaron un breve recorrido alrededor del pabellón ondeando banderas arcoiris a ritmo de conga.
Según Castro, con un desfile así en plena calle se trata de animar a que haya “más personas participando y colaborando en este proceso tan importante, para que la revolución sea más profunda y abarque más ampliamente todos los aspectos de las necesidades del ser humano”.
En declaraciones al margen del acto, el presidente del Parlamento cubano, Ricardo Alarcón, destacó la importancia de la educación en pro del respeto a la diversidad sexual, así como la contribución de Mariela Castro en este terreno.
Alarcón expresó su rechazo a la “fobia y la violencia” contra los homosexuales y afirmó que “todos ellos deberían estar integrados y que la sociedad cubana, como toda sociedad, debería estar abierta a todos ellos, para que nadie sea discriminado”.
Comentario:
En pleno siglo XXI no es posible que continúen las fobias y los prejuicios.
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