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miércoles, 15 de abril de 2009

EE UU detiene a uno de los mayores criminales nazis para deportarlo.

Noticia:


Agentes de inmigración de EE UU sacaron en la mañana de ayer de su casa en Cleveland, en el Estado de Ohio, a John Demjanjuk -nacido Ivan Demjanjuk hace 89 años en Dubovi Makharintsi, Kiev Oblast, Ucrania-, donde vivía en la actualidad bajo el disfraz de un mecánico jubilado. Estaba prevista su deportación inmediata a Alemania, para ser juzgado bajo la acusación de haber participado en 1943 en el asesinato de 29.000 judíos internados en el campo de concentración de Sobibor, en Polonia. Pero en el último momento, un tribunal de apelación suspendió la entrega.

El nombre de Demjanjuk figura en segundo lugar en la lista de los 10 nazis más buscados del Centro Simon Wiesenthal. El primero es el doctor Aribert Heim, doctor Muerte, de 93 años, acusado en Alemania de cientos de asesinatos en el campo de concentración de Mauthausen. Nada se sabe de Heim desde su desaparición en 1962. Por eso, Demjanjuk puede ser el último nazi que sea juzgado ante un tribunal.

Agentes federales de EE UU sacaron a Demjanjuk de su casa en una silla de ruedas ante su esposa, que rompió a llorar, para ser enviado a Múnich. Pero pocas horas después, un tribunal de apelaciones de Cincinnati suspendió la deportación para estudiar si, como alegó el hijo de Demjanjuk en su último recurso, dicho proceso supondría tortura, dada la frágil salud del detenido. Los fiscales argumentaron que el tribunal no tiene jurisdicción. Mientras se resuelve la apelación, el antiguo carcelero nazi fue puesto en libertad y volvió a su casa, donde estará vigilado electrónicamente, según informaron de madrugada medios de comunicación locales.

Los días de Demjanjuk en EE UU, el país que dos veces le dio la ciudadanía y dos veces se la quitó, parecían contados después de que un juez de inmigración levantase a principios de la semana pasada el aplazamiento de su deportación a Alemania.

Larga y complicada es la historia de Demjanjuk con la justicia. Junto a su mujer y su hija -tendría más descendencia luego en EE UU- llegó a Nueva York en 1952 procedente de Alemania. En 1958 adquirió la nacionalidad estadounidense. Pero en 1975 su nombre apareció en una lista soviética de criminales de guerra ucranios que vivían en EE UU. Tras una investigación, la oficina de inmigración concluyó que en realidad Demjanjuk era Iván el Terrible, un brutal guarda del campo de exterminio de Treblinka, Polonia, donde murieron más de 850.000 personas, el 99,5% de ellas judías.

Fue deportado a Israel y, por primera vez, se le arrebató la ciudadanía estadounidense. En 1986 comenzó su juicio en Jerusalén y dos años más tarde se le condenó a muerte. La acusación israelí expuso que Demjanjuk había sido reclutado por el Ejército Soviético en 1941, bajo cuya bandera luchó hasta su captura por las tropas alemanas en Crimea en 1942. Fue confinado en un campo para prisioneros de guerra, donde aceptó colaborar con los nazis y se convirtió en guarda del campo de concentración de Sobibor. Allí se le dotó de un arma, de un carné de identidad y de un uniforme.

Pero la condena a muerte en Israel fue anulada en 1993, cuando tras la caída de la URSS surgieron nuevas pruebas que apuntaban a que Iván el Terrible era en realidad otra persona.

Demjanjuk regresó entonces a EE UU y se le devolvió el pasaporte. Pero la recuperada normalidad duró poco. Siguiendo los argumentos presentados por los fiscales israelíes, el Departamento de Justicia de EE UU abrió un expediente contra Demjanjuk en 1999, acusándole de haber participado en la muerte de cientos de prisioneros en Sobibor. Fue definitivo para arrebatarle por segunda vez la ciudadanía estadounidense que se probara que había mentido a la hora de rellenar el cuestionario de entrada de aduanas, donde no detallaba su papel en el campo de concentración.

Su deportación fue ordenada en diciembre de 2006. Pero Demjanjuk permaneció en el país. ¿La razón? Ningún país le reclamaba. Hasta el pasado año, cuando el investigador jefe de crímenes de guerra nazis, Kurt Schrimm, solicitó a la fiscalía de Múnich -donde Demjanjuk vivió antes de emigrar a EE UU- que se le acusara de la participación en el asesinato de 29.000 judíos. Desde entonces, su caso ha estado sumergido en entramados y aplazamientos legales.


Comentario:

Este tipo de personajes son tan cobardes que ahora se escudan en su edad y salud, cuando antes jóvenes y sanos, asesinar personas no les importó.

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