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Tras ralentizarse significativamente al principio de la década, el comercio mundial de armamento militar se ha disparado en los últimos cinco años, con un incremento de un 21% respecto al quinquenio anterior. Asia impulsó ese crecimiento. China e India son los primeros importadores mundiales; Oriente Medio incrementó su volumen de importaciones un 38%; Israel duplicó sus compras.
Éstas son algunas de las conclusiones del estudio sobre comercio internacional de armas publicado el lunes por el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI). La detallada base de datos representa un revelador cuadro de las tendencias geoestratégicas mundiales, entre las que también destaca el gran rearme en la zona del golfo Pérsico, desatado por la desafiante actitud iraní y el elevado precio del barril durante los últimos años.
"China e India son los primeros compradores mundiales y han centrado su gasto especialmente en armamento naval y aviones de combate", explica Paul Holtom, analista del SIPRI y director del equipo que elaboró el estudio, en conversación telefónica desde Estocolmo. "Esa dinámica responde a la creciente proyección internacional de los dos países y, en concreto, a la exigencia estratégica de proteger las vitales rutas de abastecimiento energético y comercial". Juntos, India y China representan el 18% de las importaciones mundiales de armas (7% y 11%, respectivamente).
El principal abastecedor de ambos países es Rusia, que también lo fue en el quinquenio 1999- 2003. Sin embargo, el desglose de datos de los años 2007 y 2008 refleja un claro viraje de Pekín, que está intentando desmarcarse de la dependencia exterior y ha redirigido parte de sus inversiones hacia una producción doméstica cada vez más fiable.
"Rusia no ha recibido ningún pedido relevante de China en los últimos dos años", señala Holtom. Varias declaraciones de altos oficiales chinos dejan intuir que Pekín se lanzará pronto en la construcción de portaviones, de los que su flota carece.
Un significativo incidente naval ocurrido el mes pasado, en el que cinco barcos chinos impidieron el paso a otro estadounidense en el mar del Sur de China, simboliza la nueva y más firme actitud china. El incidente fue calificado por el director de Inteligencia Nacional de EE UU, Dennis Blair, como el encontronazo bilateral "más grave en los últimos ocho años". "China parece estar adoptando una actitud más agresiva, más militar", dijo Blair, al comentar el episodio en el Senado.
Pekín desarrolla con perseverancia su proyección de influencia en el Pacífico y en el Índico con su estrategia del hilo de perlas, una serie de puertos, bases y almacenes diseminados en el arco norte de este último Océano, que desafía a EE UU y alarma a India. Sin embargo, pese a los claros avances militares, Pekín permanece a gran distancia de Washington, cuyo gasto militar seguía siendo 10 veces superior al chino en 2007 (416.000 millones de euros frente a 44.000).
El auge del rearme en el continente asiático, sin embargo, no se limita al sur y al este. Oriente Próximo también registró una significativa carrera armamentística. Israel duplicó sus compras respecto al quinquenio anterior, dotándose -entre otro material- de 102 nuevos aviones de combate F-16 I, de producción estadounidense. Los Emiratos Árabes Unidos se convirtieron en el tercer comprador mundial: estrenaron 80 F-16 E, y 50 Mirage 2000-9, de producción francesa.
"Está claro que la desafiante actitud de Irán es una de las principales razones de esa dinámica en la región, facilitada por la bonanza económica debida a los precios del petróleo", dice Holtom.
Comentario:
¿Por qué siempre se acusa a Estados Unidos de hacer negocio con la venta de armas? ¿Y Rusia, qué?
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Hace 4 años
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