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jueves, 29 de enero de 2009

Paro general en Francia por la crisis.

Noticia:


A media mañana, ya había algunos datos de la huelga convocada en Francia por ocho sindicatos, que ha sido seguida masivamente en el sector de la educación y de una manera desigual en otros sectores. Según el Gobierno, alrededor del 23% de los funcionarios habían decidido no ir a trabajar para protestar por el aumento del paro y la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores.

La huelga ha sido muy seguida entre los profesores, donde ha alcanzado, según los sindicatos, el 60%. Uno de cada cuatro carteros también se declaró en huelga. En los hospitales pararon cerca del 23% de los trabajadores. Los empleados ferroviarios pararon en un 40%. El paro afectó líneas ferroviarias y aeropuertos.

El transporte público funcionó, en París, mejor de lo que estaba previsto. De hecho, el metro, que constituye el eje de la movilidad de la ciudad, no estuvo parado en ningún momento. Es más: según datos de la empresa, circularon hasta el 75% de los trenes. Era fácil descubrirlo en la calle: no hubo muchos andenes atestados (o no muchos más que en un día corriente) y viendo la frecuencia de determinadas líneas, daba la impresión, por momentos, de que la huelga era un espejismo.

Sin embargo, el paro fue más seguido en las líneas de cercanías. Una de estas líneas estuvo inutilizada completamente. Otra funcionó al ralentí durante toda la mañana. En Marsella, eso sí, las dos líneas de metro de la ciudad cerraron completamente.

Ambiente más apagado

En la calle, por la mañana, el ambiente era el de una ciudad un poco más apagada que de costumbre. Pero no paralizada. Los comercios, tiendas, supermercados y restaurantes estaban abiertos. Los taxistas se quejaban de tener menos clientes de lo normal. El gran atasco previsto no se produjo: al contrario; el tráfico en las entradas de París fue algo más fluido que de costumbre, debido a que muchos trabajadores madrugaron más o se quedaron en casa, bien porque estaban de acuerdo con la huelga, bien porque se pidieron un día libre para evitar quedar atrapados en una ciudad que pensaban que iba a convertirse en una ratonera y que, finalmente, no lo fue.

A las dos de tarde está prevista una masiva manifestación que arrancará en la Plaza de Bastilla, convocada por los sindicatos. Los convocantes se quejan, sobre todo, de que la crisis económica está golpeando y la están pagando los trabajadores y que las medidas emprendidas por el Gobierno están encaminadas, exclusivamente, para ayudar a los bancos o a los empresarios.

Por su parte, diversos representantes del Gobierno aseguraron ayer que hay que escuchar la protesta de la calle, que comprenden la inquietud de los trabajadores, pero que las medidas adoptadas son las correctas y que no las van a cambiar.

Argumentos de la protesta

Las razones que arguyen son varias: el paro, situado en un 7,3% a final de año pero que subirá este mes (cuando Nicolas Sarkozy llegó al poder se situaba en el 8,7% y la media de la UE en el 8,6%); la pérdida de poder adquisitivo y de nivel de vida de los trabajadores, y la convicción de que el Gobierno de Sarkozy, frente a la crisis económica que sacude Francia y que la está hundiendo en la recesión, sólo arbitra medidas para acudir al rescate de los más poderosos: los bancos y los empresarios.

Los sindicatos están convencidos de que el paro alcanzará una cifra récord y de que hay motivos para llevarlo a cabo. Bernard Thibault, secretario general del sindicato CGT, lo expresaba así en una entrevista en Le Parisien: "No podemos aceptar que los trabajadores seamos los únicos que pagan las consecuencias de la crisis. También necesitamos, como los bancos, garantías: pero garantías para la vivienda, para la jubilación...".

Comentario:

No sólo en Francia, sino en todo el mundo, debería de haber paros generales para presionar a quienes tienen el poder (económico y político), para que de una vez por todas el capitalismo sea reformado y se enfoque a combatir pobreza y misería. Sería una especie de ¡Ya basta!

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