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Las principales fuerzas políticas en el Senado de la República —PAN, PRI y PRD— dieron la bienvenida al replanteamiento de la estrategia federal en Ciudad Juárez, y aprobaron la salida del Ejército de las calles de esa localidad azotada por la violencia del narcotráfico.
Hoy, el gobierno federal dará a conocer la nueva estrategia para Juárez, con la que unos 2 mil agentes de la Policía Federal (PF) sustituirán a los efectivos del Ejército en labores de seguridad en las calles, mientras que los militares se replegarán hacia los perímetros de la ciudad.
Senadores de los tres partidos coincidieron en que esta estrategia de sustitución de militares por policías debería ampliarse a otros estados.
El coordinador del PRD, Carlos Navarrete, consideró positivo el anuncio y recordó que desde hace tiempo su partido pidió cambios a la estrategia, que se centraran en la salida paulatina del Ejército y la llegada de policías mejor preparados.
Opinó que es necesario profundizar en un acuerdo de colaboración con EU en esta lucha; de lo contrario, dijo, “esto no funciona. Si el mercado estadounidense es un mercado insaciable, si los capos ya se transnacionalizaron, si ya están en México, pero también en la Unión Americana... si el negocio está en los dos países, entonces el combate y la estrategia tienen que definirse con los dos”.
En su opinión, los tres años de participación del Ejército en el combate al narco han servido paralelamente para la capacitación, depuración y fortalecimiento de las policías: “No nos queda de otra, hay que utilizar a las policías que tenemos”.
Proponen mayor labor de inteligencia
El senador del PAN y ex alcalde de Ciudad Juárez Ramón Galindo celebró el anuncio. Dijo que representa una señal inequívoca de que “habrá un cambio positivo en materia de seguridad”. El legislador afirmó que el nuevo viraje significará menores costos a la ciudadanía, y redundará en una lucha más eficaz contra los embates del crimen organizado.
Advirtió, sin embargo, que el repliegue debe ir acompañado de un plan que no sólo redistribuya las responsabilidades entre nuevos funcionarios o instituciones, sino que contemple tareas de inteligencia mucho más precisas y efectivas que al mismo tiempo restituyan el tejido social.
Dijo que no se trata “de llevar a cabo un simple cambio de estafeta entre el Ejército y la PF, sino de articular una estrategia que esté basada en el fortalecimiento de las labores de investigación, análisis táctico, y no exclusivamente en el uso de la fuerza”.
El vocero del PRI en el Senado, Carlos Jiménez Macías, opinó que la decisión es positiva, y coincidió en que debe ampliarse.
En entrevista, dijo que el gobierno debe ser sensible a la necesidad de ir adaptando la estrategia, y aseguró que el cambio tardó mucho, pues “los resultados marcaban que la estrategia no era la adecuada”.
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