Crece el saqueo en iglesias mexicanas.

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En México, el robo de arte sacro es un problema histórico que va en aumento y lo más grave es que nadie sabe con precisión cuánto se ha perdido en los últimos 25 años.

Los saqueos, algunos de ellos realizados con métodos muy sofisticados, rebasan desde hace años a las instituciones culturales, a las corporaciones policiales, a las autoridades eclesiásticas y a asociaciones civiles.

Un ejemplo de esta realidad es la pérdida del patrimonio cultural en las iglesias de la nación.

“En los últimos 15 años hemos visto un incremento de este problema y es importante que los países de América Latina y el Caribe tomen conciencia de que les es común y de que es urgente implementar medidas para enfrentarlo en cooperación. Eso es lo que estamos haciendo ahora”, explica Hermann van Hooff, director de la Oficina Regional de la UNESCO, quien hace unos días estuvo en nuestro país.

El robo de arte sacro no es una cuestión que sólo afecte a iglesias poco concurridas en pueblos recónditos, ya que —de acuerdo con información periodística— en julio pasado la PGR recibió nueve denuncias por este motivo en plena ciudad de México.

Templos de las delegaciones Gustavo A. Madero y Cuauhtémoc fueron los más afectados.

En el resto del país es probable que los hurtos hayan sido más, con una importante merma al patrimonio cultural de la nación. Pero en 2007 la central de Interpol en Francia sólo recibió 29 denuncias desde México, y en 2008 apenas se registraron 25.

En 2009 se tiene conocimiento que la Diócesis de Tlaxcala denunció que cuatro lienzos del siglo XVII fueron sustraídos de un templo del Barrio de Cuba, municipio de Contla.

También este mismo año la Arquidiócesis de Puebla presentó una querella ante la PGR por el robo de cinco imágenes antiguas en la comunidad de Tlatlauquitepec, cuyo monto se estima en cinco millones de pesos.

“Pero hay que tener mucho cuidado con las cifras, porque muchos incidentes no son notificados a la policía”, dice Jean Pierre Jouanny, agente de la Interpol en Lyon.

Aunque Jouanny es cuidadoso en no mencionar las deficiencias que hay en México para afrontar el problema, indirectamente da una perspectiva de la precaria situación de la nación al referirse a lo que ha visto en otras naciones de América Latina: “Sólo en Argentina hay una policía capacitada que trabaja muy bien en el asunto...”

A pesar de todo, de acuerdo con las cifras de Interpol, México es el país de la región que envía más casos de robo de patrimonio cultural eclesiástico.

Sin embargo, en la base de datos de la institución apenas hay 274 registros de obras de arte mexicanas boletinadas de un total de 34 mil a nivel mundial. Trascendió que la lista que manda la oficina mexicana de Interpol es muy incompleta frente a lo que se pierde y aun cuando la parte afectada quiera denunciar, no puede hacerlo porque es incapaz de mostrar una buena fotografía del objeto hurtado.