Cisjordania muestra progresos.

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En Cisjordania se respira algo nuevo. La economía palestina en dicha zona ha mejorado decididamente, con menores tasas de desempleo, aumento del nivel de vida y de la producción.

Esto es producto de la combinación de varios factores: el alivio de restricciones al movimiento por parte de Israel; la política fiscal exitosa del primer ministro palestino Salam Fayyad (que llegó a su cargo, como profesional, habiendo logrado antes reconocimiento en su trabajo en el Banco Mundial), y una atmósfera general de mayor tranquilidad por la labor de los servicios de seguridad palestinos, renovados y entrenados por el general Dayton de Estados Unidos.

Esos efectivos patrullan ya cinco ciudades palestinas, mantienen el orden y han hecho que desaparezcan las milicias armadas de las calles.

La febril actividad en la arena interna palestina a inversores occidentales y árabes, lo cual a su vez es una nueva inyección de energía al mercado palestino. Eso se siente especialmente en las ciudades palestinas de Cisjordania, más que nada Ramallah, Belén, Jenin y Nablus, donde se instalan nuevos bancos y empresas financieras y se multiplican compañías de alta tecnología.

En el último año se han registrado ante la Autoridad Palestina en Cisjordania 2 mil nuevas empresas. En el centro de Ramallah se han abierto en los últimos meses más de una decena de nuevos restaurantes y grandes tiendas y en Nablus —de la que salieron numerosos de los suicidas responsables de atentados con explosivos contra Israel durante la intifada— no hay lugar en los hoteles por tanto movimiento.

Tranquilidad en las calles

Sitios que fueron durante años escenario de choques violentos, son ahora ejemplos de una febril actividad económica. Según el Fondo Monetario Internacional, la perspectiva de crecimiento de la economía palestina en Cisjordania en el año en curso es de 7%, siempre y cuando Israel amplíe el alivio a las restricciones al movimiento y cancele más bloqueos carreteros en la zona.

El primer ministro palestino, Salam Fayyad, asegura que “las restricciones israelíes aún ponen obstáculos en el camino hacia la mejora de la economía”, en referencia a los numerosos puestos de control y a la demora de las mercaderías en los mismos.

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, anunció recientemente la ampliación del horario de trabajo en el cruce Allenby entre Cisjordania y la vecina Jordania. Funcionarios del gobierno dijeron que verán cómo garantizar que la espera de los camiones en los cruces no supere los 45 minutos.

El comentarista Akiva Eldar, del matutino Haaretz, sostiene que “la economía palestina no se está recuperando gracias a Israel sino a pesar de su política”.

Eldar señala que lo central en el éxito en Cisjordania es “la ayuda europea y estadounidense, que pagan los salarios de los más de 100 mil policías y funcionarios de la Autoridad Palestina”.

Fuentes militares israelíes explicaron repetidamente que los controles en los caminos dentro de Cisjordania y lo estricto de los mismos en los pasajes entre Israel y Cisjordania, son “producto del terrorismo”.

Hasta la segunda intifada palestina en 2000 —caracterizada por múltiples atentados suicidas en territorio israelí—, el movimiento palestino en Cisjordania e inclusive entre esa zona e Israel, era más libre y abierto.