Crisis hondureña: el diálogo sigue.

Noticia:


La segunda ronda de diálogo entre las delegaciones del depuesto mandatario hondureño Manuel Zelaya y del gobierno de facto encabezado por Roberto Micheletti concluyó ayer sin resultados, por lo que las discusiones se retomarán hoy en busca de dar una salida a la crisis desatada por el golpe de Estado, señaló anoche el gobierno del presidente costarricense, Óscar Arias, quien funge como mediador en el conflicto.

Las autoridades de facto hondureñas consideran que Zelaya violó la ley y se niegan a que retorne al poder para liderar un gobierno de unidad nacional, una de las propuestas lanzadas por Arias, quien incluso le puso fecha al regreso (24 de julio) para solucionar la crisis desatada hace tres semanas. “Zelaya ya no es presidente de Honduras”, enfatizó la vicecanciller del gobierno de facto, Martha Lorena Alvarado.

Del otro lado, Zelaya se negó rotundamente a que los golpistas participaran en un eventual gobierno de reconciliación nacional. Pablo Gueren, asesor del ministro de la Presidencia de Costa Rica, indicó que las delegaciones se retiraron para estudiar todas las propuestas y consultar con sus respectivas partes, luego de una maratónica sesión de casi nueve horas en la que la delegación del depuesto Zelaya incluso había amenazado con retirarse si los representantes del gobierno de facto no cedían en algunos de los puntos en discusión.

El ministro de Presidencia de Zelaya y miembro del grupo presente en San José, Enrique Flores Lanza, había explicado por la tarde que la delegación del gobierno de facto “se niega a discutir” el primer punto de la agenda: la restitución de Zelaya en el poder y, adelantó, “dentro de una hora vamos a dejar de esperar”. “La otra parte (de Micheletti) no acepta ningún punto de Arias, nosotros hemos aceptado todos los puntos para discutirlos... Estamos en el primer punto aún, ellos se niegan a discutirlo”, se quejó.

Los temas del debate

Al iniciar el encuentro, Arias presentó una propuesta de siete puntos donde destacó el eventual adelanto de las elecciones del 29 de noviembre al último domingo de octubre. Otros puntos hablaban del traspaso del comando de las Fuerzas Armadas, actualmente en manos del Poder Ejecutivo, al Tribunal Supremo Electoral un mes antes las elecciones, así como la integración de una comisión de verificación compuesta por hondureños notables y miembros de organismos internacionales.

Un vocero del desplazado gobernante dijo desde Managua que Zelaya aprobaba la propuesta de solución a la crisis planteada por el mandatario costarricense, pero no estaba dispuesto a aceptar “la presencia de ningún golpista” en un gobierno de reconciliación.

Una fuente muy cercana a Zelaya explicó que el mandatario depuesto no aceptará “bajo ninguna circunstancia la presencia de nadie involucrado directamente en el golpe de Estado” del 28 de junio último, entre ellos el presidente de facto. “Eso es innegociable, no se aceptará a nadie que haya participado de forma directa en el golpe”, subrayó.

Arias había adelantando días atrás sobre los principales temas: la restitución de Zelaya, la conformación de un gobierno de reconciliación nacional, la declaración de una amnistía general para los delitos políticos cometidos antes y después del 28 de junio —que también ha sido rechazada por Zelaya— y la renuncia expresa del derrocado mandatario a la instalación de una urna para consultar sobre una eventual modificación constitucional que permita su reelección.

“Esos acuerdos deben adoptarse lo antes posible, porque cada día que pasa se hace pesada la carga sobre los hombros de un pueblo inocente”, comentó Arias mediante un comunicado previo a la reunión.

No obstante, la ex presidenta de la Corte Suprema de Justicia, Vilma Morales, quien forma parte de la delegación de Micheletti, resaltó vía telefónica a The Associated Press que cualquier solución debe respetar la institucionalidad democrática de Honduras, donde ayer arreciaron las protestas.

La esposa de Zelaya, Xiomara Castro, reiteró que “en pocas horas el presidente va a estar acá, no importan las bayonetas, no importan las armas y las ametralladoras”.

Ayer mismo, el gobierno de facto anunció que el toque de queda seguirá en vigor. “La medida se adoptó para la seguridad de los hondureños”, indicaron las nuevas autoridades.

La noche del viernes, desde Managua, Zelaya había advertido que “a las 12 de la noche (del sábado) vence el plazo para que el gobierno golpista... me restituya en el poder... Si a esa hora no hay una resolución, damos por fracasadas las negociaciones”. (Con información de José Meléndez/Corresponsal)