Los retos de Mauricio Funes.

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Un desafiante panorama aguarda sin tregua a Mauricio Funes, desde hoy en la Presidencia de El Salvador: una enorme expectativa que mezcla escepticismo con esperanza, en un escenario de desconfianza popular entrelazado con sueños, dudas y realidades.

Enfrentado a las perspectivas verídicas del panorama social, económico y político, Mauricio Funes ya bajó las gigantescas expectativas populares de mejoría inmediata y alertó al país que la crisis es grave y que es iluso esperar que pronto se logren resultados imposibles.

Con 2.8 millones de salvadoreños en la miseria, un desfavorable entorno financiero y un agudo conflicto de inseguridad pública, Funes apenas tendrá tiempo de acomodarse en la silla presidencial, cuando asuma hoy para un periodo de cinco años.

“En este país es difícil que la gente confíe. La esperanza es confiar en que las cosas realmente cambiarán”, dijo América Romualdo, directora de Las Dignas, organización no gubernamental que monitorea al sector femenino de El Salvador. “Pero hay poderes económicos e intereses fuertes que son obstáculos difíciles de superar, por más buena voluntad”, adujo.

“Esperamos que el próximo gobierno derrote a la corrupción y la inseguridad, que la educación dé oportunidades, que la salud pública sea accesible a todos, que se generen empleos”, dijo Romualdo a EL UNIVERSAL.

Funes fue postulado a la Presidencia en la elección de marzo pasado por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), el bloque comunista que dirigió la guerra de guerrillas de 1980 a 1992, firmó la paz hace 17 años y que nunca había podido vencer en las urnas a la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena), en el poder desde 1989. Por eso, el ámbito político parece polarizado.

Funes “se topará con un descenso en la producción de 1% o 2%”, advirtió Manuel Hinds, ministro de Hacienda de 1994 a 1999. La producción creció de 4% a 5% en 2006 y 2007, bajó a 2% en 2008 y caerá a 1% o 2% “negativos” en 2009, explicó a este diario.

“Más de 22 mil personas se quedaron sin trabajo desde septiembre de 2008. El desempleo ahora es de 9% y era de 6% o 7%”, una fuerza laboral de unos 3 millones de salvadoreños, agregó.

Pese a la rivalidad, el FMLN y Arena aprobaron en mayo, en la Asamblea Legislativa, un préstamo de 2 mil 200 millones de dólares del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo, que ayudará a Funes a financiar el déficit fiscal de 5% del Producto Interno Bruto en 2009 y parte de 2010.

“El déficit es de mil y pico millones de dólares. Con el resto, Funes podrá empezar a gobernar. Aunque el refrán dice que sin cacao no se puede hacer chocolate, el cacao no sobrará, pero sí hay”, precisó Hinds. La popularidad de Funes, puntualizó el economista, aumentó en días recientes, ya que fue “cauteloso y prudente” por decir “la verdad” al pueblo y desmontar el contexto de expectativas desbordadas.

Desde hoy, Funes tiene que empezar a trabajar en convertir los sueños de mejoría, en realidad.


Comentario:

El sentido que le dará a su política aún es un misterio. Se sabe que es de izquierda, pero ¿qué tan a la izquierda se pondrá?