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martes, 5 de mayo de 2009

La exclusión al estilo chino.

Noticia:


Mi vuelo fue Houston-Pekín con escala en Newark. El vuelo en el que llegué aquí a Beijing es el número 89 de Continental. Al aterrizar nos pidieron que siguiéramos sentados y nos dijeron que pasarían a tomarnos la temperatura a todos a nuestro lugar.

Entran totalmente cubiertos y comienzan a pasar por los lugares pidiéndonos el pasaporte y una hoja que llenamos durante el vuelo. Al llegar conmigo ni siquiera me tomaron la temperatura, ven mi pasaporte y me piden que me baje y me detienen en la puerta para tomarme fotos y video para los medios locales. Fue totalmente humillante frente a todos los pasajeros y que los chinos te vean y traten como apestado. Me bajan del avión, me suben a una ambulancia y me dan un cubreboca. Estuve esperando a que terminaran de revisar el vuelo, bajan a otro mexicano y más tarde a un estadounidense.

Nos llevan a los tres en la ambulancia a un laboratorio-móvil, ahí mismo en el estacionamiento del aeropuerto, y al resto del avión a la terminal y salida. Nos dejaron ahí desde las 3:30 hasta las 8:30 pm y no nos decían nada, sólo nos pasaron un termómetro (yo tenía 36 grados y ellos 37) y nos hicieron preguntas, tipo a qué venían, de dónde son, algún síntoma... mientras nosotros platicamos y resulta que al otro mexicano ni siquiera fue a México, él vive y trabaja aquí desde hace dos años, estuvo en Estados Unidos por tres días pero igual lo bajaron porque su pasaporte es mexicano (tampoco le tomaron la temperatura). Él obtuvo el teléfono de la embajada mexicana. Nos comunicamos y avisamos cómo nos tenían, sin información ni nada, de repente alguien venía (nos separaba un vidrio) y checaba papeles y se iba de nuevo, pero aunque tratáramos de hablarle no nos entendían, casi nadie hablaba inglés.

El estadounidense es un chavito como de 20 o 22 años que en su hoja puso que había tenido tos hace dos semanas (a él sí le tomaron la temperatura).

Nos tenían bajo llave y nadie venía. Después de un rato vinieron y sacaron al mexicano y luego al estadounidense. Pensé que los habían dejado ir, pero al rato escuché otra vez que alguien cerca tocaba un vidrio a lo lejos y contacté por teléfono al mexicano: sólo nos habían separado. A las 8:30 vinieron por nosotros y nos subieron a una ambulancia que iba escoltada por una patrulla y el mexicano llamó a la embajada, donde le dijeron que nos llevaban a un hotel donde estaban otros en cuarentena.

Antes de salir del aeropuerto llegamos a otra unidad móvil y de ahí sacaron a otro mexicano, que venía en otro vuelo distinto al nuestro. A los cuatro nos trajeron al hotel y luego no nos dejaban entrar, duramos 30 minutos esperando autorización no se de quién y gracias a Dios en ese lapso llegó el representante del cónsul a explicarnos.

Resulta que al lado del hotel está un hospital que es como centro epidemiológico, nos dijo que habían tenido ahí encerrados a una familia y a una pareja (todos mexicanos); ellos venían en el vuelo de la persona infectada en Hong Kong y los buscaron y trajeron y al no presentar ningún síntoma los pusieron en cuarentena aquí en el hotel.

Nos dijo que el gobierno mexicano estaba haciendo todo lo posible y que China nos quería tener siete días aislados. Entramos y él ya no tuvo autorización, nos dio su celular y desde entonces está en contacto con nosotros, está al pendiente, nos trae de comer, nos trajo un kit de botanas, agua, gel sanitizante, cubrebocas; nos llama y dice los avances y posibilidades, etcétera. De no ser por la embajada mexicana a través de él, estaríamos desinformados.

A cada uno nos dieron una habitación y nos midieron la temperatura. Entramos y conocimos a los otros mexicanos que nos mencionaron y gracias a Dios también estaban saludables. En el hotel sólo estamos los 10 mexicanos.

Al día de hoy

Seguimos encerrados los mexicanos, resulta que ayer se llevaron al chico estadounidense, en un principio creímos que lo habían dejado irse, pero resulta que lo llevaron al hospital porque tenía “fiebre” de 37.4, pobre, Dios lo cuide, porque según lo que me contaron los mexicanos que estuvieron ya en el hospital, éste está totalmente sucio (en su experiencia sangre en un barandal, mocos en la pared, el baño sin papel, cabellos en la cama, de comer les dieron dos huevos cocidos y una barra de pan).

Bueno, hay varios medios que nos estuvieron llamando para preguntarnos nuestras experiencias, uno de ellos me comentó que estuvo tratando de contactarnos a nuestras habitaciones y las llamadas no entran (así que ruego que las compañías celulares sean compasivas a la hora de los recibos jejeje). Gracias a Dios la embajada mexicana a través de la misma persona y con quien estamos muy agradecidos, nos ha atendido y tenido al tanto de la información que van recibiendo.

¿Seguros que no hay discriminación o fobia a los mexicanos? ¿O parte de su protocolo de prevención contra el virus incluye el trato humillante de sacarte frente a todo el avión sin siquiera revisarte, pararte en la puerta del avión mientras eres fotografiado y grabado en televisión local, encerrarte bajo llave varias horas en una unidad en la que el baño está adaptado como bodega de tiliches; ¿no decirte o explicarte nada (por qué, cuánto tiempo, a dónde)?; Ver que hasta las bolsas de basura que ponen en tu cuarto son “especiales”; que no te saben decir cuánto tiempo más estaremos aquí encerrados y qué seguirá. ¿Por qué no dejan a nuestro contacto de la embajada vernos? ¿Por qué de repente las líneas telefónicas a nuestras habitaciones no reciben llamadas del exterior? ¿Por qué si solo somos 10 mexicanos en el hotel, mínimo no haya algún traductor que de perdida nos hable inglés?

Ya no sé si estoy enojada o el cansancio va ganando, lo único que queremos es salir, ¡no estamos enfermos, nadie tiene temperatura, tos, gripa, nada!


Comentario:

Sin duda, una experiencia muy desagradable.

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