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viernes, 3 de octubre de 2008

Usan narcomantas para soborno e intimidación.

Noticia:


Narcomantas con ofertas de cantidades no cuantificadas de dinero o amenazando a los soldados del Ejército mexicano han sido encontradas en campos de cultivo de mariguana en diversos lugares del país, con el propósito de evitar, sin éxito, que esas zonas de siembra sean destruidas en los operativos contra el narcotráfico, como lo muestran imágenes cuya copia está en poder de EL UNIVERSAL.

Algunas de las mantas han sido encontradas y aseguradas por los militares en las áreas de mayor incidencia y siembra de mariguana y amapola en México, las cuales se encuentran desplegadas principalmente a lo largo de la costa del Pacífico, indica información de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

Las narcomantas de grandes dimensiones llegan a ser visibles incluso desde el aire y muestran mensajes con dos objetivos básicos: pretenden sobornar a militares que forman parte de algún operativo de identificación o erradicación de cultivos ilícitos o intentan intimidarlos, agrega información de la Defensa Nacional.

“Se han localizado diversos anónimos acompañados algunas veces de fuertes cantidades de dinero, con las cuales se pretende sobornar a las tropas que los localizan tratando de evitar la destrucción de dichos plantíos”, precisa la información de dependencia federal.

Los mensajes de narcomantas son precisos: “seres reconozco que es su trabajo pero quiero negociar aquí está lo de 100 mil pesos llamen al teléfono 99 99 99. Atte Un amigo”.

El monto de dinero que en ocasiones se encuentra junto con las narcomantas pretende operar como un adelanto del pago que pueden recibir los militares para no destruir los plantíos, los cuales ahora se localizan en espacios reducidos o entre cultivos lícitos como maíz o árboles, para evitar ser demasiado visibles a las operaciones de detección como ocurrió en la década de los 80 cuando ocupaban hasta cinco hectáreas, precisa la Defensa.

Ruegos y súplicas.

Escritos a mano y con faltas de ortografía la mayoría de los mensajes tratan de negociar: “Señores solo suplico que si dejan este trabajo se les da un billete pidan información y hacemos trato es todo”.

Y para facilitar el trato, los firmantes de los mensajes de las narcomantas dejan celulares o aparatos de radiocomunicación en el lugar para que militares soliciten el pago ofrecido.
“Señores solo si dejan este trabajo se les da un billete, pidan información y hacemos un trato”, refiere otro narcomensaje.

Pero también hay más extensos y apelan a pedir fiado para pagarles a los militares: “Tengo mucha necesidad señores, hagan el favor de dejarnos, les suplicamos, lo más que puedan por favor. Después del gran favor se les va a agradecer con lo que se pueda de dinero, hagan lo más posible de dejarla y si quieren un toro se los llevamos a donde estén, si lo aceptan para buscarlo fiado, hay después lo pago y si lo aceptan le anotan al reverso de la hoja”.

En contraparte, también existen narcomantas o narcomensajes dejados en los plantíos ilícitos con amenazas de muerte directas contra los militares en caso de no abandonar la zona de cultivo, precisa la Sedena.

Las narcomantas con mensajes comenzaron a aparecer esporádicamente desde 2002, para convertirse en la actuadad en un medio de comunicación con los militares que participan en las operaciones de erradicación.

De acuerdo con la información de la Secretaría de la Defensa Nacional cuando se localizan este tipo de narcomantas o mensajes se recolectan, se informa de ellos y se tienen como antecedente.

Con orgullo y como muestra de que las tropas no han cedido a los sobornos, ni se han intimidado por las amenazas, parte de los narcomensajes y narcomantas se integraron al Museo del Enervante que se ubica en las instalaciones de la Sedena, el cual es de acceso restringido a las Fuerzas Armadas.


Comentario:

Es la guerra declarada. El gobierno no debe intimidarse.

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