Aumentan las protestas contra Evo Morales en Bolivia.

Noticia:


La puja entre los departamentos autonomistas del rico oriente boliviano con el gobierno, ingresó ayer por el callejón de la violencia, cuando en Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija, manifestantes opositores ocuparon diversas oficinas públicas, con más de 40 heridos, mientras el gobierno de Evo Morales, que acusa a los prefectos y a la oposición de derecha de haber impulsado “un golpe de Estado cívico”, descartó la posibilidad de implantar el “estado de sitio”, aunque dejó abierta otras medidas legales para retomar el orden en la región.

Al cierre de esta edición, el presidente Morales, su gabinete y los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas, se encontraban reunidos de urgencia para analizar la situación en los cuatro departamentos de la Media Luna Oriental y en Chuquisaca, donde también se registraron algunos desmanes. Todo ocurrió un día después del cambio de gabinete realizado por el jefe de Estado.

Las manifestaciones más violentas se registraron en Santa Cruz, donde opositores y miembros de la Unión Juvenil Cruceña ocuparon las oficinas del Instituto Nacional de la Reforma Agraria (INRA), la de Impuestos Internos Nacionales y la de Migraciones, las cuales desalojaron.
La multitud redujo a policías y militares y provocó cuantiosos destrozos.

Después, los enfrentamientos y la represión ganaron las calles, donde un número no determinado de manifestantes, dos militares y cuatro efectivos policiales terminaron con heridas de consideración y debieron ser trasladados a diversos hospitales.

La protesta que mantiene bloqueado a medio país desde hace tres semanas, tuvo su jornada más álgida ayer, cuando en la ciudad tarijeña de Villamontes, una veintena de manifestantes ocuparon la planta distribuidora de gas natural que alimenta a la ciudad brasileña de Sao Paulo, durante cuatro horas.

“Vamos a cerrar cuatro válvulas hasta que el presidente escuche nuestras demandas” de devolver el Impuesto directo a los Hidrocarburos y dé marcha atrás al referéndum constitucional de diciembre.

Finalmente las válvulas no se llegaron a cerrar, pero alcanzó para que en Brasilia se enciendan las alarmas. Fuentes del Palacio del Planalto (sede de la Presidencia brasileña), aseguraron ayer que el presidente Luiz Inacio Lula da Silva, “está siguiendo con detenimiento la crisis en Bolivia”.

El ministro de Gobierno, Alfredo Rada, fue la voz oficial que acusó a Ruben Costas, prefecto de Santa Cruz y al líder cívico de ese departamento, Branko Marinkovic, de instigar “la toma de oficinas”, al tiempo que dijo que el prefecto “incumplió ayer con sus deberes constitucionales”.

Falta saber de qué forma la administración Morales pondrá coto a esas protestas, cuando la crisis parece ingresar en el peor terreno de todos: el de la violencia.

Comentario:

La salida más fácil a un conflicto es acusar a los oponentes de ser de derecha (en este caso en Bolivia) o de izquierda, como ocurrió en la década de los setentas en muchos países latinoamericanos. En lugar del diálogo, se utiliza el recurso de la acusación sin presentar pruebas. Esto es lo típico, como diría mi "abuelita". Lo cierto es que no están fáciles las cosas para Evo Morales y una vez más la realidad contradice a la teoría. En los libros es muy fácil escribir que palabras como socialismo, izquierda o comunismo son mágicas y van a traernos el paraiso perdido. Pero.....la vida es más complicada.