Las
elecciones del próximo año, donde se renovará la Cámara de Diputados, nueve
gubernaturas y congresos locales y ayuntamientos en dieciocho Estados del país, costarán unos 6 mil millones
de pesos de prerrogativas, para los institutos políticos a nivel nacional y
entre 2 mil 200 a 3 mil 400 millones de prerrogativas, para los partidos
políticos en las treinta y dos entidades federativas.
Con la
nueva reforma, se homologa el
recurso asignado para los partidos políticos a nivel nacional y estatal, esto
ha provocado que su presupuesto de gasto ordinario y en tiempo de campaña
aumente, de tal manera que para este proceso electoral los partidos estarán
recibiendo a nivel nacional mil 200 millones de pesos más, aparte de los
aproximadamente 3 mil 400 millones de pesos para gasto ordinario de los
institutos políticos en los estados, eso sin sumar lo que les llegue por el
calendario electoral.
Cualquier
ciudadano se preguntaría: ¿Tiene sentido este aumento en la organización de
elecciones, sobre todo cuando estamos viendo una generalización de la
corrupción y la impunidad?.
¿Se volverá a respirar un ambiente de abstencionismo? ¿Agarrará
fuerza la campaña del voto en blanco y/o nulo, como señal de hartazgo hacia
todos los políticos, donde la corrupción ya no es sólo oficial, sino
generalizada?
Los problemas de la inseguridad pública, la crisis económica,
el desempleo, la corrupción, el narcotráfico y la impunidad son elementos que
se conjugan para la desmovilización electoral. El problema se agrava en Estados
como Michoacán y Guerrero. ¿Será una elección
sin electores ?
Para algunos analistas, el no acudir a las urnas o anular el
voto, es una decisión inútil, que no sirve, porque desafortunadamente, al haber un alto
abstencionismo se dejará en manos de unos cuantos y a favor de los partidos que
cuentan con maquinarias electoreras y con un “voto duro”. Son los institutos
políticos, los que tiene mayor poder de definición e influencia en el reparto
de cargos gubernamentales y legislativos los beneficiados.
Muchas personas cuestionan: ¿tiene sentido votar en las
próximas elecciones? La respuesta no es fácil de responder, porque si no se
acude a las urnas, entonces regresaremos a la etapa clásica del sistema
autoritario priísta, ya que es el PRI el que tiene más “clientela” fija.
Lo que suceda el próximo año es una incógnita. lo más
probable es que NO tengamos nada que festejar. El fantasma del abstencionismo
puede seguir rondando por nuestras cabezas, para decirle a los electores que no
acudan a las urnas y, si asisten hacer votos de protestas contra la partidocracia
y los cacicazgos.
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