La izquierda toma el timón del Senado.

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Fue una sesión color amarillo en la que los senadores se volvieron a encontrar.

Una ceremonia en la que el PRD estrenó presidente en el Senado, con la elección de su coordinador, Carlos Navarrete, quien se convirtió en el primer hombre de izquierda en ocupar el cargo.

Ayer, en el pleno del Senado de la República había cierta algarabía, risas y buen ánimo; parecía un patio de escuela durante el primer día de clases.

Como grandes amigos se reencontraron legisladores de todas las fuerzas políticas.

“Back to school” (regreso a clases), parafraseó en inglés el senador del PAN Ulises Ramírez, mientras bajaba las escaleras para ocupar su lugar.

Minutos antes de la toma de protesta de Navarrete, luego de ser avalado por unanimidad, la vieja clase política se fundió en abrazos, en parabienes.

Algunos olvidaron la formalidad, como el senador del PAN Federico Döring, quien de plano ni corbata usó.

Como todo regresó al trajín, también hubo faltistas, pues sólo acudieron 112 senadores de un total de 128.

Hubo quienes regresaron derrotados de elecciones a gubernaturas, como Fernando Elizondo, de Nuevo León; Alejandro Zapata Perogordo, en San Luis Potosí, y Martha Leticia Sosa, de Colima… todos panistas.

Espacio abierto

Al fondo, Jesús Ortega, el presidente nacional del PRD, permaneció en el salón para atestiguar el hecho calificado por él mismo como “histórico”.

También regresó al origen, pues fue senador en la pasada Legislatura. Junto a Hortensia Aragón, secretaria del partido, recordó que en su momento los espacios no les fueron abiertos para presidir el Senado.

Hoy sí se abrieron.

Frente a la tribuna, el lleno fue de reporteros y fotógrafos listos para consignar el hecho.

Sesión en la que predominó el color amarillo perredista, y un pleno que fue invadido por un toque de izquierda, la que, dice Navarrete, imprimirá su sello particular a la forma de trabajar en la vieja casona de Xicoténcatl.

¡El rey ha muerto, viva el Rey! Cosas del poder.

Cuando el protocolo culminó, un Navarrete visiblemente emocionado se erigió como el nuevo jefe del Senado.

La otra escena era la de Gustavo Madero, coordinador panista que culminó su periodo como líder senatorial, y que ayer, poco después de las dos de la tarde, pisó otra vez la tierra, el mundo de los mortales.

Descendiente del mítico Francisco I. Madero, se levantó de su escaño y raudo salió del salón de sesiones sin hablar con la prensa; ahora será presidente de la Junta de Coordinación Política.

Cosas del poder: el Senado, testigo de la entrega de estafeta.