Cártel intensifica acoso en Zacatecas.

Noticia:


Escribir sobre la desaparición de un custodio y un ex custodio en julio de 2008 derivó en la amenaza de muerte contra una periodista, a quien le dejaron el mensaje de no “meterse” con los grupos ligados al crimen organizado. Le advirtieron que si no quería “correr con la misma suerte” de los celadores, jamás volviera a escribir nada sobre el “grupo (delictivo)”, en referencia al cártel del Golfo.

De la desaparición del custodio Carlos Martínez Uranday, de 53 años de edad, hay una denuncia penal interpuesta en la Procuraduría General de Justicia de Zacatecas por los familiares, quienes le revelaron a la periodista que antes que fuera levantado, éste recibió una presunta llamada de uno de sus superiores del penal varonil, se cree que le ordenaron “ir a ver” a unos sujetos.

Se presume que ese día, un hermano del custodio —que tenía unas semanas de haber renunciado a su cargo de celador del mismo penal— también desapareció, por lo que se sospecha que ambos fueron levantados con algunas horas de diferencia.

Sus familiares aún no saben nada de ellos.

Los familiares pusieron una denuncia el 11 de julio en la Procuraduría General de Justicia del Estado y después buscaron a la periodista.

Unas semanas después, la periodista retomó el tema de la desaparición de los custodios en un medio local, pero jamás se imaginó que eso significaría vivir la peor pesadilla de su vida que ha mantenido oculta durante mucho tiempo, ya que significó apartarse de los medios de comunicación.

Ha ocultado por mucho tiempo su historia desde que le aconsejaron ausentarse un tiempo de Zacatecas, ella entiende que quizá ese era el objetivo, pues días después de que se publicó la nota de seguimiento a la doble desaparición de custodios, un comando armado la persiguió para darle el primer aviso.

Trataron de interceptarla varios vehículos, de donde descendieron sujetos con armas de grueso calibre en un bulevar de la capital, pero logró escapar para intentar refugiarse en las instalaciones de la policía municipal capitalina.

Casi a punto de llegar, en un semáforo el convoy le dio alcance y de nueva cuenta trataron de cerrarle el paso y sólo lograron quebrar un vidrio del automóvil con el golpe de un arma.

Logró refugiarse en la corporación; el comando armado llegó a buscarla y amedrentó a los policías capitalinos. No dieron con ella pues estaba oculta en las instalaciones policiacas.

Se desconoce qué fue lo que hizo que los sujetos armados decidieran salir del lugar, mientras ella notificó a altos mandos del gobierno de Amalia García, quienes se trasladaron a la corporación.

Minutos más tarde recibió una llamada y una voz con un vocabulario soez y amenazador le dejó en claro que ya no debía escribir más sobre los custodios, porque ellos ya estaban “muertos” y lo mismo le podía pasar a ella si escribía sobre el “grupo”.

Aunque la periodista ha callado, ha entendido que, en aquel entonces, tocar el tema de los custodios significaba evidenciar la problemática del penal.

Comentario:

Un Estado que se encuentra en problemas, por lo que el gobierno federal está obligado a asistirlo.