Aún inciertas las relaciones entre Ecuador y Brasil.

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El rumbo de las relaciones entre Ecuador y Brasil luce incierto, a raíz de la decisión de Rafael Correa de expulsar a la empresa Odebrecht.

Un día después de la medida, ambos gobiernos expresaron su deseo de que el caso no perjudique sus lazos. Pero, al mismo tiempo, enviaron señales que permitem vislumbrar un escenario complicado, en caso de no solucionarse el caso Odebrecht.

En Guayaquil, el presidente Correa fue el primero en pronunciarse. Dijo que espera que los nexos diplomáticos no se estropeen, sin dejar de justificarla por las supuestas irregularidades de la firma brasileña. Por ello, señaló que considera que su expulsión no tiene por qué traer efectos negativos en las relaciones entre Quito y Brasilia.

A pesar de ello, hizo un anuncio que pudiera afectar a los intereses económicos del Estado brasileño. Anticipó que analiza la opción de no pagar un crédito del Banco de Desarrollo del Brasil (Bandes), de aproximadamente 200 USD millones. Ese préstamo sirvió para financiar la hidroeléctrica San Francisco, cuyas fallas de operación el Ejecutivo atribuye a la Odebrecht.“Ese crédito se lo dio a través de Odebrecht y también tiene graves irregularidades, porque hay plata que ni siquiera entra al país, es plata que allá se contabiliza como crédito interno y en verdad es un dinero que se lo presta a la empresa”.

En forma paralela, la diplomacia brasileña exteriorizó su deseo de que la situación de la empresa de su país se solucione a través del diálogo, aunque dejó sentada su “preocupación”.

Por instrucción del presidente Lula da Silva, su canciller Celso Amorim se reunió ayer con su par ecuatoriana, María Isabel Salvador. El encuentro se dio al margen de la Asamblea General de la ONU, en Nueva York.

Según la agencia DPA, Lula trató de minimizar el problema, que atribuyó al ambiente previo al referéndum constitucional ecuatoriano del domingo. “Es importante recordar que tenemos muchas elecciones.

En Ecuador, habrá elecciones (referéndum) el domingo. Dejemos un poco pasar la pelota para solucionar este problema”.

Lula afirmó que Odebrecht es una empresa “respetada en Brasil”, mientras que Ecuador “es un país que mantiene relaciones extraordinarias con Brasil y también una relación histórica”.

Asimismo, expresó su confianza en que el problema en la Central San Francisco sea superado.

Por último, dejó abierta la puerta para tratar el tema con Correa. “En el momento que haya necesidad de que hable con Correa lo haré y no tengo duda de que alcanzaremos un acuerdo”.

Aparentemente, el Gobierno brasileño está molesto con la medida que tomó el presidente Rafael Correa, ya que ha apoyado a las transnacionales brasileñas. Aunque se dice que la expulsión de la empresa puede ser definitiva, a través de la diplomacia presidencial es posible que se llegue a un acuerdo.

En el campo internacional esta medida es muy mal vista, pues no se conocen sus detalles y se puede percibir como un proceso de nacionalización al estilo de Hugo Chávez. Eso significa un deterioro en el clima de inversiones para el país.

Comentario:

Esperemos que la medida no tenga ninguna similitud con las adoptadas por Hugo Chávez en Venezuela.