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Denver, una ciudad famosa por su espectacular escenario de montañas y unos brillantes cielos azules, añadió a su biografía no sólo el hecho poco envidiable de mutar en el lugar más vigilado del planeta durante la convención del Partido Demócrata, en la que se investirá al candidato a la Presidencia: ha sido epicentro de las disputas de poderío más singulares y algunas de ellas han ocurrido, precisamente, por la posesión de sus cielos azul cobalto.
Los ecos de esas disputas comenzaron a surgir en Washington DC, la capital del país, hace poco más de tres semanas, cuando el Servicio Secreto y el FBI anunciaron planes individuales para patrullar los cielos de Denver con helicópteros y avionetas provistas de cámaras equipadas para detectar en la oscuridad el calor de los cuerpos.
El Servicio Secreto ganó la singular contienda y durante cuatro días sus hombres serán los encargados de controlar, como un invisible titiritero, las aeronaves que sobrevolarán la comitiva de vehículos blindados en los que viajará el hombre más protegido del mundo, la última semana de agosto: el virtual candidato demócrata Barack Obama.
El hecho de que Obama sea el primer presunto candidato negro en la historia de este país añade significados que hacen diferente esta convención a otras: el senador por Illinois puede ser el objetivo de un grupo de supremacistas blancos o de un complot terrorista internacional. Por eso, la Convención de Denver será la fortaleza política mejor construida en la historia de las elecciones de Estados Unidos.
En Washington DC se afinaron las medidas de seguridad que parecen más las pautas de un improbable escenario cinematográfico: más allá de los 30 mil policías que patrullarán y darán la bienvenida a miles de manifestantes que desfilarán en una pista acondicionada para recibirlos, lo que llama la atención es la tecnología que se utilizará para intervenir en escenarios de emergencias nucleares o terroristas.
Por ejemplo, se emplearán Sistemas de Información Geográfica, unos mapas digitales que permitirán monitorear desde una computadora gigante el vehículo donde viajará Obama; determinar la ruta que seguiría un gas letal, a partir de la medición de los vientos; el número exacto de personas que tendrían que ser desalojadas en caso de emergencia y el lugar justo donde la policía debería instalar más barricadas de control.
Tres mil soldados estarán equipados para responder a “incidentes” químicos, bilógicos, radiológicos y nucleares.
Obama será el candidato a la Presidencia más vigilado en la historia política contemporánea del país. Muchos no se toman en serio las amenazas de algunos grupos supremacistas blancos, pero por si acaso más de 200 especialistas en monitoreo con pantallas electrónicas fueron llamados y la Administración Nacional de Seguridad Nuclear destacará agentes encubiertos con portafolios equipados para detectar radiaciones sospechosas.
También habrá decenas de perros expertos en olfateo de explosivos y se trasladarán desde la frontera unidades provistas de rayos gama utilizadas para detectar cargamentos ilegales.
Durante los días de la convención, los habitantes de Denver no serán dueños ni de sus hermosos cielos azules: el espacio aéreo será restringido y por unos días será un “espacio de seguridad nacional”.
Comentario:
Desplegar todo un "ejército" de seguridad, para garantizar el buen desempeño de la próxima convención demócrata es un acto necesario y que siempre se ha hecho, pero espantar con la posibilidad de un atentado contra Obama, me parece un acto de irresponsabilidad y en esto, juegan un papel primordial los medios de comunicación, quienes son los primeros que muchas veces sobre dimensionan las cosas. ¿Acaso en Estados Unidos, los dos últimos secretarios de Estado no han sido "de color"? ¿Quién a atentado contra estos dos funcionarios tan poderosos y con tanta influencia en el presidente en turno? Estamos hablando de Collin Powell y Condolezza Rice. Actúen con responsabilidad medios de comunicación. "No le echen más leña a la hoguera", como se dice en México.
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