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El presidente ruso, Dmitri A. Medvedev, aceptó los términos de un cese el fuego para poner fin a los combates, argumentando que Rusia ya había “castigado” lo suficiente a aquel país por su agresión en la separatista Osetia del Sur.
Unas horas después, el gobierno georgiano anunció que aceptaba una versión ligeramente modificada del plan de paz, auspiciado por Francia, que preside actualmente el Consejo de la Unión Europea.
El acuerdo original, avalado por Rusia, constaba de seis puntos: el no uso de la fuerza; cese de toda acción militar; acceso libre de la ayuda humanitaria; regreso del Ejército de Georgia a sus bases permanentes; regreso de las tropas rusas a las posiciones ocupadas antes de las hostilidades, iniciadas el viernes pasado y, por último, el inicio de negociaciones internacionales por el estatus de Osetia del Sur y la región de Abkhasia para garantizar su seguridad.
“Creo que son buenos principios para poner fin a esta dramática situación”, subrayó Medvedev, en conferencia conjunta con su par francés, Nicolas Sarkozy.
De inmediato, Sarkozy partió hacia Georgia, donde se reunió con el presidente Mijail Saakashvili. Éste aceptó el plan, pero con una ligera modificación: dejar de lado el punto sobre las negociaciones con miras a resolver el estatus de Osetia del Sur y Abkhasia. El presidente Dmitri Medvedev, aceptó la modificación, dijo Sarkozy.
Desde antes de anunciar que aceptaba el plan de paz, Medvedev había anunciado el cese de la actividad militar rusa, aunque sin pedir un retiro inmediato. De hecho, el mandatario ordenó a su ministro de Defensa que “si resurge la resistencia o se realizan acciones agresivas, entonces debe dar los pasos para destruirlos”.
En los cinco días de combates han muerto cinco periodistas. Tan sólo ayer, el camarógrafo holandés Stan Storimans perdió la vida durante un bombardeo de la aviación rusa contra la ciudad georgiana de Gori. Un periodista israelí resultó herido.
Ayer mismo, tras el discurso de Medvedev, Rusia lanzó una ofensiva en la única parte de Abkhasia bajo control georgiano. Pero las autoridades de Abkhasia afirmaron que sus fuerzas, no las rusas, estaban realizando ataques de artillería en Kodori, para expulsar al Ejército georgiano.
Al mismo tiempo, Abhkasia reclamó el reconocimiento internacional de su independencia.
Tanto Osetia del Sur como Abkhasia pertenecen al territorio de Georgia, pero la población, mayoritariamente rusa, prefiere la independencia o la integración con Rusia.
Pese al acuerdo anunciado, las hostilidades entre Rusia y Georgia no terminan. Así, mientras el gobierno ruso recaba pruebas de los crímenes cometidos por los georgianos contra los osetas, Georgia anunció la presentación de una denuncia contra Rusia ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) por actos de limpieza étnica llevados a cabo en territorio georgiano entre 1993 y 2008.
Comentario:
El daño ya se hizo y muchos inocentes sufrieron las consecuencias. Esperemos que la guerra termine, aunque no la verbal y el "fuego de acusaciones" sobre actos criminales cometidos. Rusia recaba pruebas contra los georgianos, por abusos contra los osetas y Georgia hace lo propio: acusa a Rusia de intentar una limpia étnica.
El papel que hay que destacar, concretamente, es el de Francia y en términos generales el de la Unión Europea, que fue de mayor utilidad al que realiza la ONU. La mesura de los Estados Unidos, también es un factor que no hay que descartar. Francia, con el presidente Sarkozy, parece que está jugando fundamental a inicio de este siglo.
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